Lucas Mesa Cabello nació el 5 de agosto de 1902 en Taguluche, en su amada isla de La Gomera. A los quince años, como tantos jóvenes de la época decidió dar el salto a América, poniendo rumbo a La Habana en fecha 16 de diciembre de 1917, permaneciendo en Cuba ocho años; tierra, gentes y costumbres que calaron hondo en el joven poeta que aprendió «punto cubano» que tanta influencia tuvo en su obra.
Lucas Mesa regresó a la isla de sus desvelos y cuna de sus antepasados y se estableció definitivamente en Alojera, municipio de Vallehermoso. Se casó con Carmelina García, la mujer y el amor de su vida, con la que tuvo siete hijos: Miguel, Leopoldo, Manuel, Teobaldo, Antonio Luis, Rosa y Marisol; vivió la vida intensamente y disfrutó de la misma como pocos.
Quienes le conocieron destacan en él una personalidad recia y fuerte combinada con altas dosis de amabilidad, sencillez y sensibilidad que lo caracterizaban, en definitiva, como una persona entrañable y cariñosa, especialmente con su familia y con sus allegados más próximos.
Por si esto fuera poco, la naturaleza, que es sabia, quiso regalarle una mente y una memoria prodigiosa además de una gran locuacidad y facilidad de expresión; privilegios éstos que unidos a los de las dotes de improvisación insólita de que también disponía y a las vivencias, correrías y enseñanzas que adquirió sucesivamente a lo largo de su vida, dieron fruto paulatinamente a su maravillosa obra literaria.
Su inmensa capacidad retentiva nos ha permitido conocer gran parte de su obra -permanentemente fijada en su mente-, hoy recopilada en el presente libro. El máximo anhelo y la mayor preocupación del poeta era que la juventud transmitiera su obra y que ésta perdurara en el tiempo. Ello ha sido posible gracias al interés mostrado tanto por su yerno Nicanor Calle (esposo de Rosa) como por su nuera Amparo Hernández (esposa de Leopoldo); personas que supieron apreciar y valorar convenientemente la grandeza e importancia de la obra de Lucas Mesa, plasmando y recopilando, en un acto de extrema generosidad, la totalidad de romances, décimas y poemas que se contienen en su libro Sacando Esencia. Gracias a ellos, la obra de Lucas Mesa perdurará en el tiempo y todos podremos disfrutar de ella.
La obra autodidacta de Lucas Mesa Cabello puede dividirse en tres partes: la costumbrista, la festiva y la histórica o épica. En la primera -costumbrista- cabría destacar el romance titulado «Los Cigarrones», dedicado a la invasión de la langosta que apareció en el pueblo de Alojera el 15 de octubre de 1954. En la segunda -festiva- la tierra, la cosecha, los amores, lo puramente anecdótico tiene cabida e importancia para don Lucas. Su ingenio se hace patente en «El testamento de una burra». Pero sin duda alguna son los romances de contenido histórico los que dan más profundidad a su obra De ellos merecen destacarse el titulado «A los guanches»» y el «Dedicado a La Gomera», este último con un total de 124 versos.
El 22 de diciembre de 1985 las Islas Canarias y especialmente a isla de La Gomera saldaron la deuda que tenían con el poeta, celebrándose a las once de mañana en la Plaza de Alojera el homenaje al popular versador.
Ese sentido y merecido acto convirtió el 22 de diciembre de 1985 en el día más grande en la vida de Lucas Mesa.
El 2 de octubre de 1993, la luz que desprendía Lucas Mesa se apagó definitivamente para encenderse en otro lugar al que se ha llevado gran parte de la historia de la isla de La Gomera, de su cultura y de sus tradiciones. De momento debemos conformarnos con el valioso legado que nos ha dejado. En definitiva son nuestras raíces, es nuestra vida, nuestra historia.
Fernando Mesa
Extraido de Facebook Isla de La Gomera