La tradición a la Virgen de Candelaria se basa en el culto guanche a Canopo

  • Canopo es la segunda estrella más brillante del cielo y su culto se remonta a la antigüedad norteafricana.
  • El culto  la Candelaria es una cristianización de un culto anterior de la población indígena de las islas.
  • La cueva de San Blás en Chipude sería el lugar de culto a Canopo ya que es un lugar privilegiado para la observación de dicha estrella.

La tradición de la Virgen de Candelaria en Tenerife y La Gomera se basa en el culto indígena a la estrella Canopo, la segunda más brillante del cielo, según el profesor de Análisis Matemático de la Universidad de La Laguna José Barrios.

Cuando Barrios comenzó a investigar la astronomía guanche a través de las fuentes escritas se vio rápidamente en la necesidad de estudiar los orígenes del culto católico a La Candelaria. Al estudiar la tradición de Candelaria en La Gomera encontró muchas similitudes con Tenerife, como la de la celebración en las mismas fechas y la existencia de dos cuevas de San Blas. “El lugar privilegiado de observación de Canopo utilizado por los antiguos gomeros no sería otro que la llamada cueva de San Blas, situada en la cara sur de La Fortaleza de Chipude, emblema religioso de los antiguos pobladores de la isla”, argumenta el profesor.

El culto a Canopo

Posible representación de la estrella Canopo en Yagur (Alto Atlas, Marruecos). Observese los paralelismos con los grabados awaras de La Palma.

El culto a Canopo está bien documentado en la etnografía norteafricana del siglo pasado y su presencia en Canarias prueba la considerable antigüedad de este sistema religioso norteafricano, además de proporcionar una importante información sobre los primeros habitantes de las islas, señala el investigador. Explica José Barrios que el orto helíaco de Canopo, es decir, la primera aparición por el horizonte de la estrella tras su período de invisibilidad, se produce a mediados de agosto y habría servido a los indígenas para marcar la primera luna del calendario y sincronizar el calendario lunar con el ciclo de las estaciones. Las fiestas guanches de comienzos del año canopial perviven en las actuales fiestas de agosto en honor de la Virgen de Candelaria, apunta el investigador, quien comenzó a relacionar el origen del culto a dicha imagen en Tenerife y en La Gomera. En el municipio gomero de Chipude se celebra también la festividad de Candelaria el 15 de agosto y al experto le llamaron la atención estos paralelismos con el culto a la misma virgen en Tenerife. Ello coincidía además con el hecho de que la cueva se encuentra al sur de la Fortaleza de Chipude, un emblema religioso de los antiguos gomeros. Al acceder a la cueva de San Blas, que está vacía de restos arqueológicos, se percató de que ofrece una visión astronómica enfocada al sur desde donde se ve Canopo en el horizonte todo el año, además de Sirio.

La festividad de San Blas se celebra el 3 de febrero, al día siguiente del culto católico a Candelaria, y también estaría relacionada con la aparición de Canopo tras la puesta del Sol, lo que sucede a finales de enero y principios de febrero. Hay pruebas de que en Tenerife los guanches hacían celebraciones en febrero en el actual municipio de Candelaria, según recoge la historia del padre Espinosa al relatar que en 1497 los conquistadores asentados en La Laguna tuvieron que dirigirse a la citada localidad sureña para buscar los esclavos guanches que se habían ausentado de la ciudad.

Antigua ermita de La Candelaria en la Fortaleza de Chipude

José Barrios detalla además que en documentos antiguos recogen la existencia de una ermita antigua de Candelaria “la vieja” en un barranco cercano a la Fortaleza. El personal del Museo Arqueológico de La Gomera pudo localizar el emplazamiento exacto de la ermita porque se conservaba en la memoria oral del pueblo. Este lugar consistía en una estructura de piedra con una cruz de madera que podría tener más de 500 años, pues sería anterior a la actual iglesia de Candelaria en Chipude, que data de 1530, y podría simbolizar el contacto inicial entre indígenas y conquistadores.

Para sorpresa del investigador, los habitantes de Chipude conservan el recuerdo oral de dónde estaba situada esta cruz dedicada a Candelaria “la vieja” a pesar de que estaba completamente oculta por la maleza y las tuneras. Por ello el Museo Arqueológico de la isla ha promovido dos actividades para limpiar el sitio de tuneras, y aún queda otra hasta finalizar esta labor, de forma que se pueda proceder a excavar para ver la información que puede proporcionar esta antigua cruz de piedra.

 

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