Médicos y expertos condenan el mensaje «peligroso» de Trump: «200.000 personas no pudieron impedir que el virus dominara sus vidas»

Martin Belam

El personal sanitario de Estados Unidos ha reaccionado con enfado a la afirmación del presidente Donald Trump de que la gente debería «salir» y no temer al coronavirus tras regresar este lunes a la Casa Blanca desde el hospital militar en el que estaba ingresado.

Los profesionales de la salud han acusado al presidente de parecer insensible a las 210.000 personas que han muerto con coronavirus en Estados Unidos y de socavar el trabajo en salud pública.

El doctor William Schaffner, especialista en enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt, ha dicho al New York Times que el mensaje del presidente era «peligroso» porque puede alentar a sus seguidores –muchos de los cuales ya se niegan a usar mascarillas y minimizan la gravedad de la pandemia– a pasar por alto las recomendaciones básicas para protegerse.

«Esto generará un comportamiento más despreocupado, lo que conducirá a una mayor transmisión del virus, lo que conllevará más enfermedades, y más enfermedades provocarán más muertes», ha dicho Schaffner.

«Son las declaraciones más insensibles y con más indiferencia que he oído de un presidente», ha asegurado Arjun Kaji, un radiólogo de Tallahassee que perdió a sus padres por el coronavirus.

«¿No dejes que domine tu vida? 200.000 personas no tuvieron la oportunidad de impedirlo. Sufrieron escasez de EPI en las personas que los cuidaban, no tuvieron acceso a tratamientos experimentales, no pudieron ser llevados a pasear fuera del hospital. Mi padre, que superó tantos obstáculos físicos, culturales y sociales en el transcurso de su vida como inmigrante, que se convirtió en médico, marido y padre, no tuvo ninguna oportunidad. Y el presidente Trump sigue dando malos consejos al país», dice el especialista.

Junto con su hija, Maddelena Kaji, Kaji ha elaborado un cortometraje documental sobre las vidas y muertes de sus padres debido a la COVID-19. Maddelena Kaji ha descrito los tuits de Trump como «una bofetada en la cara».

«Oh, Dios mío. Es una recomendación muy mala», ha expresado a Associated Press el doctor Tien Vo, que ha gestionado más de 40.000 pruebas de coronavirus en sus clínicas del condado Imperial de California.

Craig Spencer, director de salud global en medicina de emergencia del Centro Médico de la Universidad de Nueva York-Presbiteriana/Columbia, tuiteó: «Tú [Trump] nos dices: ‘No le tengas miedo a la COVID-19’. Pero ahora mismo, mientras los casos vuelven a aumentar en todo el país, los profesores y los sanitarios se están poniendo en peligro porque lo consideraste una amenaza política, no una crisis de salud pública».

«210.000 estadounidenses han muerto. Les cogimos de la mano y llamamos a sus familias a través de videollamadas para que pudieran ver su último aliento. Tu falta de empatía es la mayor amenaza para el pueblo estadounidense. Nos has fallado».

Janet Baseman, epidemióloga de la escuela de salud pública de la Universidad de Washington, ha subrayado que el presidente tiene acceso a un tratamiento mucho más amplio que el del estadounidense medio. «El presidente tiene acceso a la mejor atención médica del mundo, junto con un helicóptero para transportarlo al hospital cuando sea necesario. El resto, que no tenemos un acceso tan inmediato a la atención, deberíamos seguir preocupándonos por la COVID-19, que ha matado a un millón de personas en todo el mundo en solo unos meses», ha explicado en un correo electrónico.

Leon McDougle, doctor y presidente de la Asociación Médica Nacional, ha reiterado que el brote de coronavirus ha afectado de manera desproporcionada a las poblaciones negras y latinas de Estados Unidos. A los afroamericanos se les ha diagnosticado coronavirus en una proporción dos veces mayor que a sus homólogos blancos.

«Cuando hables con las familias de esas comunidades, estoy seguro de que habrá una diferencia de opinión sobre si esto debe ser considerado como insignificante», ha dicho sobre el mensaje de Trump.