El relato oficial dice que entre la muerte de Franco en 1975 y el fallido golpe de Estado de Tejero (23 de febrero de 1981), España sería una Arcadia idílica (de apellido Transición), en la que los líderes de la oposición al régimen de Franco y los reformistas del interior pactaron una agenda para preparar al Estado español para su anhelada entrada en Europa así como garantizar la democracia y el progreso generalizado, todo ello bajo la supervisión del rey Juan Carlos I como valedor de la balbuciente democracia. Sin embargo, en realidad el Estado español sería un escenario distópico fruto del Tejerazo de 1.981, en el que los líderes políticos confinados en el Congreso fueron “invitados” a aceptar un acuerdo tácito por el que se declaraban intocables el status quo asociado al sistema monárquico (Juancarlismo), al sistema político bipartidista ( implantación de las listas cerradas y de la Ley D´Hont) y a la defensa de la “unidad indisoluble de la nación española”.
El establishment del Estado español estaría formado por las élites financiera-empresarial,
Igualmente, se estaría trabajando entre bambalinas para presionar a Pablo Casado y convencerlo “en aras del interés general de España” de la necesidad imperiosa de un Gobierno de Salvación Nacional PSOE-PP tras las Elecciones del 2023, acuerdo que contaría con las bendiciones del establishment financiero y tendría como objetivo último el retorno del Bipartidismo PSOE-PP y la adopción de recortes siguiendo los dictados de la Troika europea para evitar el rescate. Dichas medidas se traducirán en una dramática reducción de los subsidios sociales que afectarán a la duración y cuantía de las prestaciones de desempleo y escenificará la metamorfosis del Régimen del 78 mediante una reforma edulcorada de la actual Constitución vigente para implementar un Estado monárquico, bonapartista y eurocéntrico, siguiendo la máxima del gatopardismo (“Cambiar todo para que nada cambie”). Sin embargo, la pandemia sanitaria, la posterior crisis económica,la desafección política de la sociedad española motivada por los sangrantes casos de corrupción de la élite político-económica y el descrédito de la institución Monárquica harán revisar tales esquemas, (incluida la tesis de la supuesta reconciliación nacional propagada por la “mass media” de la época de la Transición), por lo que se antoja inevitable un proceso de catarsis y posterior metanoia colectiva en el Estado español que cristalizará en el horizonte del próximo Quinquenio.
GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ-Analista