El expresidente del Gobierno comparece ante la comisión Kitchen del Congreso y afirma que nunca conoció ese operativo parapolicial, de cuya existencia duda y por el que está procesado su ministro del Interior. Rajoy proclama que «no hay ningún tribunal que haya afirmado la existencia de una caja B en el Partido Popular»
El ex presidente del Partido Popular Mariano Rajoy ha asegurado que no conoce al comisario Villarejo y que no tiene constancia de haber estado en presencia del policía. Durante su comparecencia ante la comisión de investigación del Congreso sobre el espionaje a Luis Bárcenas, Rajoy ha negado conocer el operativo parapolicial, de cuya existencia ha dudado, y ha añadido: «No conozco al señor Villarejo, no he hablado con él en mi vida, ni directa ni indirectamente. Jamás le he mandado un mensaje al señor Villarejo y jamás me ha mandado un mensaje el señor Villarejo».
Rajoy ha negado también que María Dolores de Cospedal, entonces secretaria general del partido, le informara de las reuniones con Villarejo en el despacho de la número dos del PP, en pleno estallido del caso Gürtel y durante las que ella y su marido, el empresario Ignacio López del Hierro, le encargaron «trabajos puntuales». Ambos, Rajoy y Cospedal, trabajaban en la misma planta de la calle Génova. Anticorrupción sospecha que Cospedal buscaba sabotear el caso Gürtel a través de un comisario en activo destinado en la cúpula policial.
Como preveían varios portavoces, Mariano Rajoy ha utilizado su experiencia parlamentaria y particular retórica para escapar de las cuestiones más complicadas durante su comparecencia. Una de ellas es la existencia de una caja B en su partido, también mientras él lo presidió. Ha sido en esta cuestión en la que Rajoy más ha arriesgado. Según el expresidente del Gobierno y del PP, «no hay ningún tribunal que haya afirmado la existencia de una caja B en el Partido Popular».
Tal afirmación, durante las respuestas a varios comparecientes, ha provocado que al llegar el turno del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, éste le lea un extracto del fallo de la Audiencia Nacional sobre la contabilidad paralela del PP desde al menos el año 1989. A continuación se ha levantado y ha entregado a Rajoy los papeles del fallo judicial. Rajoy ha intentado regalarle, sin éxito, un ejemplar de su libro.
El portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, actuó como abogado del Estado en aquella instrucción judicial de Gürtel. Bal estaba esperando que Rajoy repitiera esa afirmación para leerle unas líneas de la página 1077 del fallo en el que el Tribunal Supremo resuelve los recursos sobre la sentencia de la Audiencia Nacional: «El Tribunal [Audiencia Nacional] contó con prueba de cargo válida y suficiente para concluir la existencia de una caja B del Partido Popular». Rajoy ha dicho entonces que el PP no fue condenado por la caja B.
Una vez negada la financiación irregular del PP acreditada por la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo, Rajoy ha negado haber hablado del caso Kitchen con Cospedal, pese a que ella tuvo que abandonar la política cuando se publicaron las grabaciones con sus contactos secretos con el comisario Villarejo. Ya en sus respuestas al primer portavoz, el socialista Felipe Sicilia, el expresidente Rajoy ha apelado a la obviedad como recurrente técnica de su discurso. «He hablado con la señora Cospedal cuando los dos hemos querido hablar», ha dicho .
La intervención de Sicilia ha comenzado con el portavoz mostrando la fotografía de la rueda de prensa de febrero de 2010 en la que Rajoy afirmó que Gürtel no era una trama del PP sino contra el Partido Popular. A continuación, Sicilia ha sacado a colación las dos condenas al PP en distintas piezas del caso Gürtel, incluida la de la caja B, y ha preguntado a Rajoy si mantiene aquella afirmación de hace 11 años. Mariano Rajoy ha solventado la situación asegurando que Gürtel «fue una operación de una persona en la que no estaban involucrados la inmensísima mayoría de militantes del PP».
El expresidente del Gobierno ha reprochado al portavoz socialista que tenga en consideración la palabra de dos personas, Bárcenas y Villarejo, que tienen «problemas serios en los tribunales» y que, por tanto, tienen «derecho a mentir» en su estrategia de defensa. Rajoy ha pasado al ataque y ha lanzado contra el portavoz socialista que Villarejo también ha hablado de su relación con el PSOE y que él, sin embargo, no tiene en cuenta cuando el comisario se vincula con Felipe González o Alfredo Pérez Rubalcaba. Sicilia ha replicado que no hay caso de financiación irregular del PSOE sino del PP y que la comisión de investigación está dedicada a la operación parapolicial creada para sabotear esa causa que afectaba a los conservadores.
Rajoy ha apelado una y otra vez a la presunción de inocencia y a la provisionalidad de las acusaciones en las fases de instrucción de los procesos penales, en la que se encuentra el caso Kitchen ahora. Esa proclama a favor de la presunción de inocencia se ha convertido en un mantra cuando distintos portavoces, con especial insistencia el de Ciudadanos, Edmundo Bal, le insistían una y otra vez en que es el juez quien mantiene imputado, al cierre de la instrucción, al ministro del Interior de su Gobierno, Jorge Fernández Díaz, por el caso Kitchen.
Mariano Rajoy ha dicho que tiene una opinión «magnífica» de Fernández Díaz y del número dos de éste, Francisco Martínez. El ex ministro del Interior ha señalado a la cúpula del PP de Rajoy como origen de una Operación Kitchen. Francisco Martínez, por su parte, calificó al expresidente de «miserable» en un mensaje enviado a José Ramón Navarro, presidente de la Audiencia Nacional».
Rajoy ha reconocido conocer al abogado Javier Iglesias, al que Villarejo y sus colaboradores consideraban uno de sus contactos con el presidente del Gobierno. El expresidente del Gobierno ha dicho que solo vió dos veces al letrado porque ejercía la defensa del extesorero del PP Álvaro Lapuerta y que los encuentros versaron sobre dicha defensa.
Sanz Roldán le ocultó su entrevista con Corinna Larsen
El portavoz de EH Bildu, Jon Iñarritu, ha preguntado a Rajoy si, como publicó este domingo El País, el entonces director del CNI, Félix Sanz Roldán, visitó a Corinna Larsen, la expareja extramatrimonial de Juan Carlos I, en Londres en 2012 con su consentimiento. Rajoy ha negado con rotundidad que el jefe de la inteligencia le informara de aquel viaje. «Me enteré bastante después y sin que me informara nadie», ha dicho Rajoy. Iñarritu le había preguntado si fue el consejero de Atresmedia y presidente de La Razón quien le informó de ese viaje a posteriori, advertido de ello por el comisario Villarejo.
Sanz Roldán ha asegurado que ese viaje tuvo como objetivo mediar en un asunto personal, el conflicto de su amigo Juan Carlos I con su examante. Pero Larsen ha afirmado en repetidas ocasiones que fue amenazada por el jefe del servicio secreto español durante aquel encuentro. Corinna Larsen ha denunciado estos hechos ante la justicia británica.