Cuando hace años, antes de la época de las orquestas, también existían las fiestas y era necesario animar el día de alguna forma.
En ese momento aparecían figuras como Sito Simancas, que aparte de otros méritos, tenía este de ir de fiesta en fiesta por toda la geografia de La Gomera con esos altavoces que vemos en la imagen, también con unos amplificadores de decenas de kilos, unos rollos de cables así como unas cajas de discos.
Tras el montaje inicial se ponía la música y se empezaba a animar el cotarro y sonaban las rancheras o bien los discos de artistas españoles de moda, en ese momento aparecía la gente y se animaban los ventorrillos donde te podías tomar una cerveza que se estaba enfriando en un bidón con hielo y el ventorrillero ponía los calderos al fuego para dar de comer a tanta gente.
Allí, Sito Simancas, animaba la fiesta, siempre estando pendiente de cambiar el “LP” o de que aquel tocadiscos no se parase o poner alguna canción que algún paisano le había pedido, ello aparte de tomar el micrófono y anunciar los eventos del día o también “tirar un cable” para que la voz del cura dando la misa se escuchara por las grandes bocinas en la lejanía.
