«Santa María de la Candelaria», un barco en la ruta entre Santa Cruz de Tenerife y La Gomera

A principios de la década de los años sesenta, la Compañía Trasmediterránea planificó la progresiva retirada de los correillos negros de los servicios interinsulares del Archipiélago Canario. En 1961 fue autorizada, por la Subsecretaría de la Marina Mercante, la construcción de tres buques para los servicios interinsulares de Canarias, de 300 toneladas de peso muerto y quince nudos de velocidad cada uno. Dos de estas unidades, Santa María del Pino y Santa María de la Candelaria, fueron contratadas en abril de 1962, y hubo de diferirse la contratación de la tercera, Santa María de las Nieves, por no hallarse incluida en las previsiones del Crédito Naval para los años 1962 y 1963.

El 26 de octubre de 1962 tuvo lugar la puesta en grada de los dos primero que fueron construidos sobre la misma grada. La botadura, también común, tuvo lugar el 8 de junio de 1963 aunque el Santa María del Pino, con la construcción más avanzada y situado en la parte baja de la grada, fue el primero que tomó agua. El Santa María de la Candelaria, construcción número 85 de la Unión Naval de Levante, fue bautizado así en honor de la patrona de Tenerife y el 19 de marzo de 1964, tras efectuar las pruebas oficiales de velocidad, extinción de incendios, alarma, salvamento y llamadas de socorro, fue entregado a la Compañía Trasmediterránea, siendo su primer capitán Leopoldo Rojas Mateos.

La Compañía Trasmediterránea tenía previsto incorporar el buque a los servicios insulares canarios, pero debido a la fuerte demanda de pasaje en la línea Valencia-Palma con motivo de las Fallas, realizó dos viajes extraordinarios y a continuación procedió rumbo a Canarias. El 1 de abril siguiente se celebró una recepción a bordo en el puerto tinerfeño con motivo de su incorporación a los servicios interinsulares.

Incorporados los buques de la serie Pelícano a los servicios interinsulares canarios pronto encontraron fuerte descontento entre los usuarios, tanto por su diseño, tamaño, potencia de máquinas y fundamentalmente por ser muy balanceros; esta última característica motivó que fueran blanco de distintos apodos como los «mariquitas twist», «mariquitas blancos», etc. Posteriormente, en la factoría de la Unión Naval de Levante, se les montó un juego de estabilizadores de aleta a cada uno de ellos.

El 19 de diciembre de 1964, cuando el Santa María de la Candelaria viajaba de San Sebastián de La Gomera a Santa Cruz de Tenerife, y cuando se encontraba frente a la costa de El Socorro, en Güimar, se vivió a bordo un alegre y emotivo acontecimiento al nacer a bordo un niño. Su madre, acompañada de su esposo y de un médico que había aconsejado su traslado a Santa Cruz de Tenerife, dio a luz con normalidad y el recién nacido recibió el nombre de Juan Bautista del Mar.

En julio de 1969 el Santa María de la Candelaria fue posicionado en el sector de Baleares para cubrir la línea Barcelona-Valencia, aunque con posterioridad volvió en otras ocasiones al archipiélago canario.

En aguas interinsulares sufrió el primer percance de su vida marinera, pues el 23 de febrero de 1974 varó en el bajo de El Guincho, próximo a Playa de las Américas, en el Sur de Tenerife, cuando se encontraba cubriendo la línea San Sebastián de La Gomera-Los Cristianos. En su auxilio acudió el remolcador Punta Anaga, que pudo reflotarlo y luego lo remolcó a las instalaciones de NUVASA donde fue varado para reparar las averías. La incidencia fue cubierta por su gemelo Santa María de las Nieves.

Tras la incorporación en 1975 de los buques Ciudad de La Laguna y Villa de Agaete y al suprimirse otros proyectos de comunicaciones interinsulares tanto en Baleares como en Canarias, el consejo de administración de Trasmediterránea decidió la venta de este buque, en su sesión del 10 de octubre de 1980, para lo que solicitó de la Dirección General de la Marina Mercante la correspondiente autorización, que fue concedida el 5 de enero de 1981, siendo renovada sucesivamente en fecha 29 de julio de 1981 y 11 de marzo de 1982.

Se recibieron ofertas de Naviera Subirats y del empresario Santiago Colombás. La primera se interesó por los buques Santa María de la Candelaria y Santa María de las Nieves y el segundo, por uno u otro. No hubo acuerdo y el 10 de mayo de 1982 se acordó la venta de este buque para desguace con la empresa Demolición Naval e Industrial S.A. de Cartagena, en 3.600.000 pesetas, con entrega en Palma de Mallorca, puerto en el que se encontraba desde hacía varias semanas, siendo posteriormente remolcado a Cartagena, donde fue desguazado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *