Nace en San Sebastián de La Gomera el 19 de abril de 1855. Hijo de Manuel Macía Calderón y de D. ª Hermenegilda Fuerte.
Tenía unos 14 años cuando su padre lo envía, junto a sus otros hermanos, Carmen y Antonio, menores que él, a Monforte de Lemos (Lugo) de donde procedía. Permanece interno en un colegio de aquella localidad durante cuatro años.
En 1873 se traslada a Barcelona junto a su hermano Antonio, allí termina el bachillerato y empieza la carrera de Letras. Cursa dos años y la abandona para estudiar Medicina que termina en 1884. (Su hermano Antonio estudió Farmacia; todavía sin terminar la carrera escribió un libro sobre Química que estuvo por muchos años como libro de texto en aquella Universidad).
Sigue unos Cursos de Especialización en Barcelona y luego se traslada a París con el profesor Jean-Martín Charcot donde se especializa en algunos tratamientos médicos de moda: Hipnotismo y sugestión.
Regresa a la Gomera en 1886 donde empieza a ejercer como Médico-Cirujano. Único y primer médico en toda la isla por muchos años. Hay que hacer constar que durante todo su ejercicio profesional no cobró a nadie un céntimo por sus honorarios como Médico.
En 1893 se declara una epidemia de cólera morbo en La Laguna. Burlando la vigilancia de los guardaespaldas que su padre, enterado de sus intenciones de irse voluntario a luchar contra la epidemia de cólera a La Laguna, le había puesto para evitar que, según él, cometiera semejante locura. Burlando dicha vigilancia contrata y fleta una Goleta, único medio de transporte entre islas por aquellas fechas. La tripulación del velero se niega a seguir más adelante, o sea, más cerca del foco epidémico y lo desembarcan en las costas de San Juan de La Rambla. Allí surge otra gran dificultad, no encuentra a nadie que quisiera llevarlo hasta La Laguna. De su bolsillo también, compra un cochecillo y un caballo y emprende el viaje solo.
Llega a La Laguna de madrugada y empieza a visitar casa por casa. Las calles desiertas, únicamente se tropieza con dos carreros borrachos que son los encargados de donde hay un trapo en una ventana -señal que en aquella casa hay un cadáver- entran, lo recogen, lo apilan en el carro, los llevan a las afueras y los incineran.
Contaba escenas verdaderamente dramáticas, casas en las que se encontró que todos eran cadáveres, algunos de varios días de muertos. Permanece en La Laguna luchando contra la epidemia hasta finalizar esta. Hecho por el cual se le concede la Cruz de Beneficencia.
Se queda una temporada trabajando en Santa Cruz donde lo nombran Director del Hospital Civil.
Pronto regresa a La Gomera donde se siente feliz. Fallece el 15 de febrero de 1921 a los 66 años, en la mayor pobreza, únicamente posee una pequeña herencia que heredó de su padre.
Cargos que ostentó:
Académico de la Real Academia de Medicina.
Inspector de Sanidad.
Médico Director de Sanidad Exterior.
Diputado Provincial.
Cónsul ad-honoren de la República de Cuba.
Director del Hospital Civil de Santa Cruz de Tenerife.
Delegado del Gobierno de S. M. en la isla de La Gomera.
Condecorado con la Cruz de la Beneficiencia.
Dejó siete hijos: Carmen, Manuel y Laura Macía Fuerte. Y Porfirio, Antonio, Rafael y Luis Macía León.
En los distintos periodos de su mandato como Delegado del Gobierno en La Gomera su preocupación primordial fue la lucha para la conservación de los montes, especialmente el Monte del Cedro. Los mismos guardas forestales eran los mayores depredadores. Estos poseían piaras de cerdos sueltos dentro del bosque. Talaban árboles para la extracción de madera para la construcción.
Sacaban varas para las plantaciones de tomate que inclusive exportaban a otras islas; talas para sacar madera para hacer carbón, etc… Por esa razón daba órdenes a la Guardia Civil para que ejercieran una vigilancia constante de los montes. Su intuición le decía lo que era y sería en años venideros el Monte del Cedro hoy Patrimonio de la Humanidad.
Esta, a grandes rasgos es la micro-biografía de D. Manuel Macía Fuerte, Médico -Primer universitario de la Gomera.»
Fuente: Rafael Macia