¿Los españoles podremos conocer algún día el fondo de este albañal de corrupción del PP?

¿Los españoles podremos conocer algún día el fondo de este albañal (depósito de inmundicias) de corrupción del PP? De verdad, se asemeja la actuación del PP a una fosa séptica. No podemos  estar un día tras otro recibiendo más  y más noticias vinculadas con la corrupción del partido patriótico por antonomasia. La ciudadanía, independientemente de sus simpatías políticas, tiene más paciencia que el Santo Job ante tanta miseria y tanta podredumbre. ¿Son conscientes del daño que están haciendo a nuestra democracia?

Quiero antes de entrar en materia hacerles una advertencia  a algunos malpensados y despistados, que no escasean en esta España nuestra. Toda la corrupción venga de donde venga, sea del partido que sea, debe ser castigada con toda la fuerza de la ley. Lo repito otra vez. Toda la corrupción venga de donde venga, sea del partido que sea, debe ser castigada con toda la fuerza de la ley. ¿Está claro? Mas  estoy convencido que todavía alguno no lo habrá entendido. Allá él.  Decía Albert Einstein: “¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.

Es imprescindible una nueva moral pública, pues los españoles que votan a corruptos a sabiendas que lo son, también son responsables. Son corruptos los que corrompen, los que se dejan corromper, los que votan a los corruptos y los que no los denuncian. Ya lo cantó Joan Báez, «si no luchas por acabar con la corrupción y la podredumbre, terminarás formando parte de ella”. Al respecto me parece muy pertinente recordar  una película de Comencini de los años setenta, Buenas noches, señoras y señores, en la que un periodista de televisión aborda a un político corrupto, con el que sostiene el siguiente diálogo: “¿Va usted a dimitir?”, “De ninguna manera; sin mi cargo no podría comprar a los jueces”, “¿Y los votantes?”, “Dimitir sería traicionarlos; me han votado para mentir, prevaricar, malversar fondos y no voy a desilusionarlos”. Muchas veces la realidad supera con creces al mundo de ficción. Las actuaciones de los dirigentes del PP, durante unos 30 años es una constatación perfecta del film de Comencini. Cuanto más mentían, prevaricaban, malversaban los dirigentes del PP, más les refrendaban electoralmente sus votantes. No los iban a desilusionar. Los más claros ejemplos han sido la Comunidad de Madrid y la de Valencia. Por supuesto en la expansión de esta lacra no están exentos de culpa algunos medios de comunicación. Ellos también deberían hacer una profunda reflexión. Sus valoraciones sobre la corrupción han sido y siguen siendo diferentes según del partido de que se trate.

En medio de esta pandemia, que nos acongoja a todos, los cuadros dirigentes del PP nos sorprenden a los ciudadanos con nuevas secuencias, es una novela por entregas, de esta trama de corrupción, Operación Kitchen. Es una tragicomedia. Según el Diccionario de la RAE: “obra dramática con rasgos de comedia y de tragedia”. Tiene también su parte cómica, que podría servir para un buen argumento de una película del ya desparecido  Luis García Berlanga o del actual, Santiago Segura, para la serie de Torrente, el brazo tonto de la ley. Expliquemos un poco los detalles.

Existe una macrocausa “Tándem”, en la que  las pesquisas tratan de esclarecer las presuntas actividades ilícitas del comisario jubilado José Manuel Villarejo, en prisión provisional desde noviembre del 2017. Yo rogaría, por favor, a los diferentes medios de comunicación que no emitiesen esa imagen del ínclito Villarejo, con gorra, gafas, tapándose la cara con una cartera, tratando de escabullirse de los medios de comunicación. De verdad, a cualquier ciudadano normal le tiene que enervar. La macrocausa “Tándem” consta de más de una veintena de piezas y la operación Kitchen es la séptima. Por lo tanto, habrá nuevos capítulos.  Fue bautizada con ese nombre en referencia al ‘cocinero‘, apodo con el que se conocía a Sergio Ríos, el chófer de Bárcenas. Por lo menos nos sirve para aprender inglés.  La tesis de los investigadores es que se costeó con dinero de los fondos reservados un operativo parapolicial cuyo fin era conseguir la documentación comprometedora para el PP que pudiera conservar el extesorero del partido Luis Bárcenas, con el objetivo de ocultársela a la justicia. Cuando sucedieron los hechos, ya estaba abierta la investigación judicial por la presunta financiación irregular del partido al hilo de la ‘trama Gürtel‘. La  Kitchen nació a raíz del descubrimiento del audio intervenido a Villarejo en el que se le oye captar al chófer de Bárcenas para el operativo parapolicial. Y efectivamente, el chofer recibió 25 abonos entre los meses de julio del 2013 a septiembre del 2015. El total fue de 53.266,22 euros. 50.000 en sueldos y el resto en comida y trasporte. Las entregas por Villarejo y el actual comisario Andrés Gómez Gordo, con fondos reservados de la dirección adjunta operativa de la Policía Nacional. El chofer recibió una pistola y se la facilitó la entrada en el Cuerpo Nacional de Policía. Por lo que parece, Villarejo tenía además una Academia para preparara oposiciones a la Policía Nacional. Este tío es la hostia. No hay nada que se le resista. Estarían implicados, Jorge Fernández Díaz, ex ministro de Interior; María Dolores de Cospedal, exministra de Defensa y exsecretaria general del PP; y el que  fuera secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez. Es probable que tengan que declarar otros políticos del PP. En octubre de 2013 un individuo vestido de cura irrumpió en su domicilio madrileño de Bárcenas y, tras maniatar a su mujer Rosalía Iglesias y al hijo de ambos, Guillermo, exigió, arma en mano, que le entregaran documentación y ‘pendrives’ que decía guardaba el ‘popular’ en su vivienda. De verdad, de película.

Pero esto ya viene de largo. Recordaré algunos momentos gloriosos e inolvidables de esta tragicomedia.

 Con motivo de la presentación y defensa en el Congreso de los Diputados  de una Ley de Trasparencia en 2013, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, adujo “que estamos ante una ley necesaria e inaplazable,… La primera institución que se incorporará en la norma será la Casa Real…. Esta ley será una de las más avanzadas de nuestro entorno”.

Para fijar la posición por el PP, Esteban González Pons dijo, abróchense los cinturones que vamos a despegar: “Señorías, el valor de la transparencia como requisito de la democracia no es nada nuevo. Sin transparencia es imposible que haya democracia, como sin luz es imposible que se pueda ver… En la democracia el ojo tiene que ser siempre más rápido que la mano. ¡Que se lo pregunten a Bárcenas!

 María Dolores de Cospedal: “Se acordó realizar una «simulación» en forma de «retribución» con pago en «diferido» y con retención a la Seguridad Social”. “No tiene nada que ver con el PP, han venido algunos a aprovecharse el PP “.

Mariano Rajoy: – “Luis, sé fuerte”.

Hago un inciso dedicado a Jorge Fernández Díaz, el condecoravírgenes y extraordinariamente preocupado porque España ha sido invadida por el Diablo, para corromperla. ¡Cómo puede ser ministro una persona así! Produce miedo pensar que estuviera al frente del Ministerio del Interior.

El Pleno del Congreso de los Diputados  aprobó el 21 de septiembre de 2017 con el voto en contra del PP y la abstención de Ciudadanos-el partido de la regeneración democrática-, el dictamen de la Comisión de Investigación que señaló al ex ministro del Interior Jorge Fernández Díaz, que ya fue reprobado con anterioridad por el Congreso; al ex director general de la Policía Ignacio Cosidó y al ex director adjunto operativo (DAO) de ese mismo Cuerpo Eugenio Pino como responsables políticos del uso partidista de este departamento. Entre las conclusiones señalo el punto 3 y 4.

Punto 3. “En el Ministerio del Interior, bajo el mandato del señor Fernández Díaz, usando de manera fraudulenta el catálogo de puestos de trabajo, se creó una estructura policial bajo las instrucciones del señor Cosidó Gutiérrez y por orden del DAO Eugenio Pino”. Y todo ello, con el conocimiento y consentimiento del ministro. Esa estructura estaba “destinada a obstaculizar la investigación de los escándalos de corrupción que afectaban al PP y al seguimiento, la investigación y, en su caso, la persecución de adversarios políticos”. La comisión señala como víctimas de esa persecución al PSOE, a Podemos o a los nacionalistas catalanes.

Punto 4. Para la comisión, las “decisiones” tomadas por Fernández, Cosidó y Pino han “supuesto una inaceptable utilización partidista de los efectivos, medios y recursos de Interior y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”. Entiende el Parlamento que ha habido por tanto “un abuso de poder que quebranta reglas esenciales de la democracia y del Estado de Derecho”.

La Fiscalía debería haber intervenido de oficio ante tales hechos. Evidentemente que no lo hizo, al estar ocupada y preocupada por otras cuestiones.

Pero aquí hay un  director de la obra.  Yo no dudo de la honestidad de D. José María I el incorruptible. Por Dios, ¡cómo voy a dudar! ¿Algún español de bien puede dudar de su incorruptibilidad? No obstante, resulta sorprendente que haya salido inmaculado de toda esta lacra de la corrupción de su partido, ya que fue Presidente nacional del PP durante 14 años de 1990 a 2004. Y luego otros 14 años presidente de Honor. Todo ese proceso de corrupción con caja B, con sobresueldos a cargos del partido, se inició siendo el Presidente del PP. Pero no se le ha aplicado responsabilidad alguna ni in eligendo (Una desacertada elección), ni in vigilando (falta de vigilancia). Como mínimo será responsable de los que eligió como colaboradores -¡Vaya figuras!- y una vez elegidos de falta de vigilancia de sus comportamientos

Viene bien mirar con el retrovisor hacia atrás, para entender el presente. Quiero recordar unos párrafos del Discurso de Don José María Aznar, en la Sesión de Investidura, en el Congreso de los Diputados, el 3 de mayo de 1996.  Recomiendo su lectura a los inquebrantables votantes del PP. Es para enmarcarlo.

He expresado al principio de mi intervención mi confianza de que el 3 de marzo haya abierto una nueva etapa en la política española. No podemos, sin embargo, ignorar que fenómenos preocupantes y algunas conductas graves han causado en los últimos años un gran daño a nuestra democracia y han contribuido al desprestigio de la política entre los españoles. Abordo esta cuestión con la convicción de que el sistema democrático tiene capacidad para superar los errores, vicios y deficiencias que pudieran producirse. No podemos abandonar esta vigilante preocupación. Hemos de ser cuidadosamente fieles a las exigencias del imperio de la Ley; hemos de ser conscientes de que un Estado que maneja ingentes recursos públicos debe combatir el riesgo de la corrupción con procedimientos adecuados y controles eficaces. Hay que reducir los márgenes de discrecionalidad de los poderes públicos y dar a conocer a los ciudadanos el coste real de cada servicio, de cada obra pública, de cada subvención; en definitiva, de cada peseta que sale de los contribuyentes. El Gobierno que presida impulsará decididamente la función que el Ministerio Fiscal tiene encomendada en este campo y reclamará la mayor ejemplaridad en las conductas de los responsables políticos y de los gestores públicos”.

Tales palabras eran muy oportunas en 1996 y ahora mucho más todavía, y que merece la pena ser leídas con detenimiento, si tenemos en cuenta que los populares para llegar al poder aquel año se sirvieron especialmente de la denuncia lógica de todos los casos de corrupción que se dieron durante el Gobierno de Felipe González: el caso Filesa, la huida de España de Roldán, la estafa de la directora general del BOE, los trajes de Pilar Miró… En esta tarea de acoso y derribo con apoyo incondicional de poderosos medios de comunicación destacaron los parlamentarios Federico Trillo y Luís Ramallo, auténticos azotes de la corrupción socialista, que estuvieron pidiendo constantemente responsabilidades políticas. Ramallo se hizo célebre por su persecución a Pilar Miró por haberse comprado unos trajes con presupuesto de RTVE, aduciendo que cumplía con una «obligación» que le imponía su «dignidad como español y como político». Por cierto la Audiencia la absolvió en 1993, cuando ya no era directora general de RTVE al haber dimitido con anterioridad, al no encontrar probado que hiciera las compras para un uso personal. El tribunal incidió en que Miró adquirió la ropa por necesidades de «representación» en virtud de su cargo y que los vestidos se encontraban en un armario que mandó construir en su despacho.

Sigo recurriendo a la historia. En las elecciones generales de 1996 ganó Aznar a González. Conocidos los casos de corrupción en el debe socialista en la legislatura anterior, en su campaña el PP hizo especial hincapié en la lucha contra ella. Por ello, en su programa electoral  y en el apartado III. Fortalecer el Estado de Derecho y las instituciones democráticas, lleva un capítulo 7.  Impedir la corrupción, que merece la pena ser leído. Entre otras cosas, señala que la corrupción es el peor de los males de una democracia. Si en España se ha producido es porque los socialistas han suprimido los instrumentos de control que preservan a las sociedades democráticas del abuso de poder. El problema de la corrupción tiene soluciones. El Gobierno del PP reformará la Ley General Presupuestaria, la Ley de Régimen Local y el Tribunal de Cuentas. Regulará la publicidad en los procedimientos de contratación del sector público, para dar más transparencia. Reforzará la Intervención General del Estado. Y erradicará todas las prácticas de financiación irregular de los partidos políticos. En una sociedad democrática no debe haber ninguna zona sin responsabilidad.

Con estos antecedentes, resulta, de nuevo, pertinente seguir recurriendo a la historia. Martínez Noval, del Grupo Socialista del Congreso, formuló en 10 de marzo de 1999 en el Pleno del Congreso de los Diputados, al Sr. Presidente del Gobierno la siguiente pregunta:” ¿Puede usted explicar por qué lo que dijo sobre la ética y la honradez como Jefe de la oposición se ha transformado tan radicalmente como Presidente del Gobierno?”.

Contesta el Sr. Presidente del Gobierno: “Señoría, yo le agradezco mucho a S.S. su pregunta y que me dé ocasión para explicar ante la Cámara mis opiniones sobre la honradez en la vida pública y en la vida política, que sinceramente no han cambiado ni poco ni mucho desde que soy presidente del Gobierno”.

Replica Martínez Noval: “Señor Aznar, en los últimos meses vienen ocurriendo algunas cosas que mírense por donde se miren le atañen a usted como presidente del Gobierno y como máximo responsable del Partido Popular. Estando en la oposición usted recordará que utilizaba muy a menudo el discurso de la regeneración democrática. La frase que mejor recuerdo, la más resonante era aquella de que usted iba a barrer de España a los corruptos. Y ahora fíjese que está usted concernido personalmente, que uno de los muchos testigos que estos días comparecen en las causas en las que están incursas algunas de sus gentes asegura que usted personalmente recibió dinero en mano, cheques por valor de tres millones de pesetas. Y usted, como yo, sabe que a muchos españoles se les condena por la declaración de un testigo, cosa que yo no voy a hacer en estos momentos, señor Aznar, en modo alguno. Pero sí quiero decirle que repare en Madrid, en Oviedo, en Zamora, en Tenerife, en Las Palmas, en tantos lugares de la geografía española de los que no brota ahora otro discurso que el de la degeneración democrática. ¡Qué contraste, señor Aznar, con aquellas cosas que usted decía estando en la oposición! Algunas de sus gentes por toda la geografía nacional, señor Aznar, han hecho añicos su discurso anterior. Aquí tenemos un verdadero catálogo, un mapa de los problemas que usted tiene en estos momentos y aquí hay de todo, aquí hay de todo, señor Aznar”. Aquí hay corruptelas, hay corrupción y cosas insólitas como chantajes, amenazas y apaleamientos. (Protestas.) ¿Es que eso no es suficiente, señor Aznar? ¿Es que no se apercibe usted de que lo que está ocurriendo ahora consigo mismo no es lo que usted decía estando en la oposición? (Rumores.—Aplausos.)”

Contesta el Sr. Presidente del Gobierno: “Señor presidente, señorías, me ayuda mucho comprobar la sensibilidad que S.S. demuestra con estos asuntos. Hay que reconocer que es una sensibilidad muy recién nacida porque durante 14 años S.S. ha tenido enormes oportunidades de que se le recordase alguna frase o alguna acción en contra de la corrupción que ocurría entonces y más bien no se le recuerda absolutamente ni una cosa ni la otra. (Aplausos.) Yo lo que creo es que SS.SS. no pueden admitir que hoy los españoles piensen que en España, a diferencia de lo que ocurría cuando ustedes gobernaban, no existe un grave problema de corrupción. (Rumores.) Ustedes están en una estrategia, por el contrario, de desacreditar todo. Da igual lo que se diga, da igual lo que se haga, da igual las explicaciones que se pongan delante de ustedes. Ustedes lo mismo lo acompañan con la negativa a participar en una subcomisión parlamentaria dedicada al análisis y explicación de un asunto. (Rumores.—Protestas.—El señor Yánez-Barnuevo García: ¡Qué cara!)”

El señor PRESIDENTE: ¡Silencio, señorías!

El Sr. Presidente del Gobierno: “Ustedes están, señorías, en la teoría del todo vale y, naturalmente, todo vale (Protestas.), para llegar a las cosas sin hacer ningún tipo de propuesta. (Risas.) Da lo mismo hacer imputaciones falsas que romper el Pacto de Toledo, da igual una cosa que otra. Lo que ustedes pretenden al final, señorías, no sé si es comparar una época u otra (Un señor diputado: ¡Váyase!) o crear climas artificiales en la opinión pública. Les voy a decir que, en mi opinión, no lo van a conseguir. Por muchos errores que se cometiesen ahora o en el futuro en la vida política española jamás se podría igualar o superar lo que ustedes llegaron a hacer en la vida política española (Aplausos.), jamás, ni acercarse, y, desde luego, no creo que los ciudadanos españoles vayan naturalmente a aceptar ni a plantearse siquiera una alteración artificial del clima de diálogo y de convivencia política. Señorías, nosotros nos dedicamos a gobernar, no a levantar alfombras ni a hacer auditorías de infarto, y si tenemos algo que corregir, lo corregiremos (Rumores.), pero en estos asuntos, señorías, ustedes lecciones ni una. (Protestas.—Aplausos.) Gracias, señor presidente. (La señora Cunillera i Mestres: Que vuelva Ramallo.)”

Tal respuesta le sirvió de pretexto a Javier Pradera, para escribir “Queda así expedita la vía para que los militantes desvergonzados del PP interpreten las palabras de Aznar como un guiño cómplice que les invita a usar sus cargos en la Administración en beneficio propio o para la financiación irregular del partido siempre que no hagan ruido y no superen – las marcas de corrupción dejadas por los socialistas tras sus 14 años de gobierno: ¡Todavía hay margen para enriquecerse, compañeros!” Sus correligionarios del PP siguieron las recomendaciones de su líder a rajatabla.