Este joven, nacido en 1906 en Hermigua, formó parte de la generación que en las primeras décadas del siglo XX tomó conciencia sobre la situación de los jornaleros y campesinos del Norte de La Gomera, colaborando activamente en favor de la república, en contra del caciquismo y por un futuro socialista.
Junto con su hermano Pablo forma parte del Partido Socialista en el municipio gomero, organización que en 1932 ayuda a crear la Federación Obrera de Hermigua, “situándose su sede en la tercera planta del edificio del Ayuntamiento (en El Curato)” (1).
Fernando tiene apenas 18 años cuando aparece por primera vez en la prensa escrita de la época, en este caso apoyando con una aportación de tres pesetas para el homenaje a Adolfo Cabrera Pinto, recordado profesor y director que dio nombre al centro lagunero en el que impartió clases (2).
El joven gomero mantiene su actividad política y sindical, logrando también el puesto de Oficial cajero de los Establecimientos insulares de Beneficencia de Santa Cruz de Tenerife en 1936, según estudia el investigador Fabián Hernández (3).
Los folletos repartidos por los huelguistas plasman el espíritu de su lucha: “Acompañados de sentimientos de rabia y de dolor va esta protesta. Nuestro fervor por la República así nos lo dice. Nuestro pueblo se hunde más y más, bajo el peso de unos canallas embriagados en la ciénaga de corruptelas morales y políticas. Nos referimos, camaradas, al caciquismo tradicional, cuyos miembros como los caimanes siguen siendo los mismos aunque hayan cambiado de color. Son los enemigos emboscados de la República. Solo esperan el momento propicio para darle el zarpazo” (5).
La respuesta de las autoridades es contundente. Treinta y cinco vecinos son detenidos, cuatro de ellas mujeres, siendo sometidos a un juicio militar en Tenerife, uno de ellos es Fernando Ascanio, que en el proceso es descrito como un joven “de 28 años, soltero, agente de Seguros, hijo de Pablo y Catalina, con instrucción, natural y Vecino de Hermigua” (6).
Se le acusa de que “ostentando un bastón con el que se dirigía a la multitud, en forma que, si no ha podido precisarse exactamente en cuanto a las frases que pronunciara, si existen elementos de juicio suficientes para considerarlos a la manera como los interpretaron testigos del procedimiento, como conducentes a una excitación a los grupos tendente por razón del momento en que tal conducta tuvo lugar, anterior a la consumación del delito principal a Impedir el paso del vehículo, resistir a la fuerza y agredir a ésta, sin que conste de la agresión de que seguidamente fueron objeto con piedras el vehículo y sus ocupantes, como consecuencia de tal excitación, resultaron los últimos con lesión alguna” (7). Durante el juicio su procurador presentó en la Sala de los Criminal de la Audiencia un auto para pedir que el juicio por “insulto de obra a la fuerza armada” no fuera desarrollado en la jurisdicción militar, siendo desestimado (8).
En el proceso se afirma por parte de la defensa que “Tampoco puede reputarse «meneurs» a Fernando Ascanio Armas. No basta para caracterizarlo de tal que la viuda del comandante del puesto haya sido informada por unas visitas a su casa de que fue aquel el que dio la voz de fuego” (9). En el juicio el Fiscal militar solicita pena de muerte contra él y dieciocho de sus vecinos, aunque tras las pruebas aportadas por la defensa acabará el proceso en con una pena de seis años de prisión, condenando a otros cinco a penas de muerte, a uno a veinte años, a cuatro a doce años, a dos a tres años, a dos a dos años y absolviéndose a diecisiete personas (10).
Fernando, mientras dura ese complejo proceso judicial, es designado a finales de 1933 candidato del Bloque de Izquierdas, apareciendo en la publicidad electoral como militante socialista en esta confluencia que anima a las mujeres republicanas a votar, ya que la izquierda “te garantiza por siempre el disfrute de esos derechos, encaminados a la creación de una España mejor, fundada en la justicia, la razón y la libertad” (11).
La izquierda debe esperar a febrero de 1936 para lograr la mayoría necesaria para que los presos de Hermigua logren la libertad. Su dura situación, encarcelados desde el verano de 1934, igual que los obreros revolucionarios de Asturias detenidos a finales de ese mismo año, ayuda a sumar fuerzas para que las organizaciones más importantes de la izquierda política y sindical confluyan en una única candidatura, la del Frente Popular. Su puesta en libertad será una de las demandas de su programa de gobierno.
Tras la victoria de la izquierda Fernando es puesto en libertad junto a sus compañeros, incorporándose a su puesto en el Cabildo de Tenerife. Será una corta estancia fuera de los muros carcelarios. A los pocos días del golpe fascista es detenido, su hermano Pablo, aquejado de una grave enfermedad también sufre la misma suerte, siendo trasladado en barco a Tenerife desde La Gomera (14).
Es sancionado por el Comandante General de Canarias con su destitución como consecuencia de sus actividades políticas o sociales (AICT. Acta del pleno del Cabildo Insular de Tenerife del día 31 de diciembre de 1936, folio 51 vuelto y 52) y destituido definitivamente de su cargo (AICT, acta del pleno del Cabildo Insular de 29 y 31 de mayo de 1937, folio 107 vuelto) (15).
Ambos hermanos son trasladados al campo de concentración de Fyffes, donde el también socialista José Antonio Rial, periodista y medalla de oro de Canarias de 2007, narra algunas de sus experiencias con Fernando en su novela basada sobre su reclusión en el penal franquista. El autor describe la noche en la que los militares sacan a su hermano Pablo, casi paralizado por la artritis, negándose los fascistas a que lo intercambiaran por él, Fernando “se echó sobre el cuerpo doliente de Pablo Ascanio y se abrazó a él”, de poco sirvió el gesto, poco después “cargaron con el jergón de Pablo y se llevaron al hombre como en unas angarillas. Al alzarlo el enfermo de dolores reumáticos dio un pequeño grito, pero se reprimió” (16).
Rial también aborda la propia reflexión de Fernando por haber acabado entre los sucios muros de Fyffes, dice “estábamos sentenciados por los caciques de la isla desde la muerte de los guardas civiles y ahora nos tienen en sus manos. Son odios de pueblo y de familia. A mi padre también lo asesinaron” (17).
Doce de los treinta y cinco detenidos por los Sucesos de Hermigua fueron asesinados después del golpe franquista, incluso uno de los abogados defensores, Luis Rodríguez Figueroa, correrá la misma suerte junto a otros de sus familiares. Los caciques se cobraron su particular tributo en sangre para introducir nuevamente el miedo en el corazón de los trabajadores y sus familias.
Bibliografía:
1 Ricardo J. Valeriano Rodríguez. La llegada de la Segunda República a Hermigua (1931): https://gomeraverde.es/art/69020/la-llegada-de-la-segunda-republica-a-hermigua-1931-
2 Eco del Magisterio de Canarias. 15 de junio de 1925. P4
3 Fabián Hernández Romero. Personal dependiente del Cabildo Insular de Tenerife destituído, suspendido o represaliado por el Franquismo (escrutadas las actas de 1936 y 1937): https://podemoscabildotenerife.files.wordpress.com/2019/03/anexos-12-y-3-de-la-mocion-de-memoria-historica-nombres-personas-represaliadas-en-tenerife-tras-la-ii-republica-espac3b1ola-dictadura-franquista.pdf
4 Cabrera Acosta, M.A. (1991). La II República en las Canarias Occidentales. La Laguna. CCPC. Pp 401-403
5 Díaz Herrera, José. LXXX Aniversario de los trágicos Sucesos de Hermigua en marzo de 1933: http://pepediazherrera.blogspot.com/2013/03/lxxx-aniversario-de-los-tragicos_3557.html
6 Hoy: diario republicano de Tenerife. 1934 julio 13. P 1
7 Hoy: diario republicano de Tenerife. 1934 julio 13. P 8
8 La Gaceta de Tenerife : diario católico de información: Año Número – 1933 junio 24 p3
9 Hoy: diario republicano de Tenerife. 1934 julio 6. P 8
10 Hoy: diario republicano de Tenerife. 1934 julio 13. P 1
11 La prensa : diario republicano: Año XXIV Número 9109 – 1933 Noviembre 18 p2
12 La prensa : diario republicano: Año XXIV Número 9110 – 1933 Noviembre 19 p2
13 Aguiar García, Carlos. “La Provincia de Santa Cruz de Tenerife entre dos dictaduras (1923-1945). Hambre y orden (Tesis doctoral).
14 Cabrera Acosta, M. Á. (Ed.). (2000). La Guerra Civil en Canarias. San Cristóbal de La Laguna: Francisco Lemus Editor. P 123
15 Fabián Hernández Romero. Personal dependiente del Cabildo Insular de Tenerife destituído, suspendido o represaliado por el Franquismo (escrutadas las actas de 1936 y 1937): https://podemoscabildotenerife.files.wordpress.com/2019/03/anexos-12-y-3-de-la-mocion-de-memoria-historica-nombres-personas-represaliadas-en-tenerife-tras-la-ii-republica-espac3b1ola-dictadura-franquista.pdf
16 Rial, José Antonio (2003), La Prisión de Fyffes, Tenerife. Pp 55-56
17 Idem p 42
18 Cabrera Acosta, M. Á. (Ed.). (2000). La Guerra Civil en Canarias. San Cristóbal de La Laguna: Francisco Lemus Editor. Pp 123-124