Se nos van los amigos

Lo más jodido de envejecer no son los achaques que, inevitablemente, acompañan a los años. Esos sabemos que se pasan y ¡p’alante! Lo peor es ver como la nómina de amigos que hemos ido haciendo a lo largo de los años se va mermando progresivamente y sin remedio y, ahora, con el puñetero virus las ausencias son cada vez más frecuentes. Esta vez le ha tocado a un amigo con el compartía el privilegio de vivir en  la isla del silbo, él como oriundo y yo como consorte, JOSÉ MANUEL VIZCAÍNO FEBLES.

Lo conocí por los años 80 del pasado siglo, cuando fundó la Librería e Imprenta “Junonia” en La Villa, amistad que se acrecentó cuando, con la Editorial Tagoror que yo fundé como parte del Centro Amílcar Cabral, celebramos en el 84, por primera vez en la historia de la isla, los actos conmemorativos de “La Rebelión de los Gomeros” y lo publicamos como libro. A ese siguieron los del poeta hermiguense, Tomás Chávez empezando por “Para Quién Afortunada” y le siguió “Vallehermoso, El Fogueo” con la polémica y amenazas que levantó en unos momentos en que el franquismo residual aún tenía gran fuerza en la isla. Todos ellos tuvieron cabal acogida y posterior salida en su librería.

Esa amistad se acreció y consolidó con el tiempo y, desde luego, no acaba con la partida hacia el universo del recuerdo de José Manuel. Perdura en la memoria.

Mi esposa Juana y yo transmitimos, con un fuerte abrazo, nuestro pésame sentido a toda su familia y amigos.

 

Ahul José Manuel. Ar timlilit que, en la vieja lengua, es hasta la vista.

 

Gomera a 14 de abril de 2021