Tentaciones y moralidad

Puede describirse la tentación como un deseo-pasión-pulsión-libido-instinto que tiende al mal, a la maldad, surgido de dentro del ser-corazón-mente-irracionalidad humana, o inducido, por personas o realidades externas.

– Se podría definir al ser humano, como un ser animal evolucionado, serían todas las teorías biologistas, que tienen distinto nombre, según se ordenan desde la filosofía o la psicología o la biología, etc. El segundo gran grupo de definición de lo humano, hombre “es un animal racional”, es decir, típica de Aristóteles, y ha ido evolucionando y construyendo de mil formas a lo largo de los siglos. Y, la tercera gran clasificación, aceptada, con todos los matices que se quiera, por las grandes religiones y las filosofías que admiten la metafísica, “el ser humano es un ser animal y racional con espíritu-alma inmortal”. La plantea Tomás de Aquino, pero surge antes y después.

¿Qué nos indican estas definiciones-descripciones, con todos los matices que quieran del ser humano, que éste, que todos tenemos una dimensión irracional y otra racional?

Una de las teorías neurobiológicas, la denominada de los tres cerebros, indica que el ser humano tiene como tres estructuras cerebrales interconectadas, una, la que procede de los reptiles, por la teoría de la evolución, la segunda por encima, la de los mamíferos, la tercera, la de los primates, y, de ahí, diríamos una cuarta, la evolución humana, unas estructuras humanas…

Todos estos nos explican, de algún modo, que el ser humano es un ser racional, es decir, dispone de inteligencia-memoria-creatividad-imaginación-voluntad-libertad, en mayor o menor grado, y es un ser irracional, es decir con pasiones-deseos-pulsiones-libidos-instintos-emociones. Y, ambos mundos se interconectan, no solo somos psique-mente, ni solo somos carne-cuerpo, sino una combinación de multitud de formas de ambos mundos.

Según, la tercera descripción-definición, tendríamos también alma-espíritu inmortal. Y, formaríamos una “unidad substancial”, no somos dos substancias, sino solo una. Esto defendido desde el viejo maestro Aristóteles…

– Por consecuencia, el ser humano tiene y siente atracción desde dentro y desde fuera, por multitud de realidades, afectos-emociones-pasiones-deseos, como hemos indicado, pero para que sean humanas esas realidades cerebrales-psicológico-mentales morales, tienen que ser humanas, es decir, limitadas-racionalizadas-comedidas por la razón-inteligencia-voluntad. Puede que a usted le guste mucho el jamón, pero lo racional es degustar una loncha o dos, pero no comerse tres kilos de una vez. Esta es la distinción, diríamos con otros animales o especies, que su racionalidad es mucho menor a la humana.

Pero igual que no solo somos mente-razón-inteligencia-voluntad-creatividad-memoria-libertad, etc., tampoco solo somos carne-cuerpo-libidos-pulsiones-pasiones-emociones…

Cierto es que ninguna pasión deja de ir acompañada por la razón, por un grado de razón, mayor o menor, ni ninguna razón-entendimiento no deja de ir hibridada con ciertos grados de pasiones-pulsiones-emociones.

El ser humano, cada uno de nosotros, no puede ir acompañado en su pensar y en su ser y en su sentir y en su desear y en su hacer, solo por “razón”, pero tampoco, solo “por pasión-emoción-irrazón…”.

Tenemos que buscar el equilibrio, armonización, pacificación del mundo de la razón y del mundo de la irracionalidad. En definitiva, los deseos y pasiones y emociones y sentimientos e instintos, etc., tienen que ir acompañados con una racionalidad justa y equilibrada y, con, en el mayor grado de verdad-bien-bondad-prudencia

Si el ser humano, quiere aumentar su grado de humanidad, su grado de libertad y de racionalidad y de prudencia, tiene que tener un uso adecuado de la racionalidad y de la irracionalidad. Porque si no lo hace, se convierte “en un animal que solo piensa y siente y se apasiona”, pero tiene que “ser un animal con moralidad correcta, que piensa y siente de forma adecuada y verdadera y bondadosa…”.

Si analizamos nuestra historia personal e individual, o la historia colectiva o social, nos daremos cuenta, no siempre, pero algunas veces, demasiadas veces, que como personas o como sociedad, en un asunto, no hemos utilizado de forma correcta, los resortes de la racionalidad, sino solo los de la irracionalidad, no hemos controlado de forma adecuada y racional las pasiones

Es un crimen social, que hoy, diversos colectivos y poderes fácticos e ideológicos, incentiven en demasía, de mil modos y mil formas, las pasiones desordenadas del ser humano, no es que usted no coma aceitunas de forma racional, que debe comer de forma prudente y con la razón y con la moralidad, pero no debe comer mil aceitunas en un rato…

Hoy, percibimos en el ambiente social, que existen demasiados intereses, por parte de individuos y colectivos y poderes fácticos y reales e ideológicos, para que los humanos, “unos caigamos en la pereza, o en la vanidad o en la soberbia o en la gula o en la lujuria o en la avaricia o en la ira-cólera o en la soberbia…”. 

¿Por qué y para qué? Esto serían preguntas que deberíamos reflexionar en otros modestos artículos periodísticos. Paz y bien en verdad-realidad y bondad…

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