Los antiguos almacenes de empaquetado de La Gomera

En las distintas zonas productoras de plátanos y tomates o en las zonas próximas a los lugares de embarque se hallaban los talleres en los que se empaquetaba la fruta. Estos empa­quetados, propiedad de los principales productores y exportadores, eran en general grandes naves, algunas sostenidas por columna en rh, que estaban cubiertas de teja o cinc, donde se empacaban los plátanos y tomates, para ser transportados primeramente a los mercados euro­peos, en especial al mercado británico, y a los mercados peninsulares después. También había otros talleres de menores dimensiones de propietarios más modestos.

En Hermigua, la empresa británica Fyffes Limited poseía un importante taller de empa­quetado, junto al puente de la playa, de donde partía el transportador que conducía directa­mente los frutos al pescante, y otro en el Valle Alto, junto al cuartel de la guardia civil. Además existían otros talleres de vecinos del valle, como el de los Trujillo Santos, a la izquierda de la playa de Santa Catalina; el de Vicente Bencomo y luego de Jesús Lugo, en el camino que va de La Castellana a La Playa; el de los Trujillo Conde, próximo a la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación; el taller de Gabriel Suárez y Manuel Jerez, en la carretera principal, junto a la salida del camino de Las Cabezadas, además de otros talleres familiares de menor tamaño.

En Agulo, el taller más importante era el gran taller de empaquetado situado en La Erita, de donde partía el transportador, que construyó Fyffes Limited. Después de este pro­pietario pasó a la empresa «La Bananera” y luego a la familia Bento; en él empaquetaban tam­bién otros cosecheros. La edificación, de forma rectangular, constaba de dos plantas: en ambas plantas se realizaban las tareas de empacado, y en el lado norte de la planta baja las operacio­nes de carga y descarga del transportador. En las inmediaciones del pescante existieron otros talleres pertenecientes a la familia de los promotores y un poco más distante de éstos el de los Trujillo Santos. En el pueblo había también algún taller de menor superficie, como el situa­do en un lateral de la plaza Leoncio Bento.

La compañía frutera Fyffes Limited tenía asimismo un gran almacén en Vallehermoso, en el lado izquierdo del camino que iba de Vegueta a La Playa. Este taller se lo había arren­dado Domingo García González, propietario de uno de los pescantes; después lo heredó Eugenio García y éste a su vez lo transfirió a Álvaro Rodríguez López S.A. Además disponía de otro taller arrendado, que estaba situado en el pescante de Domingo García, donde tam­bién empaquetó, y también en Alojera. Otros conocidos talleres, más próximos a los pescan­tes, fueron los de José y Antonio Mora Ascanio, el de dos plantas de Nicolás Cabrera (fren­te al litoral), el de Manuel Méndez Mora, de menores dimensiones (a 100 m de la Playa) y otros, sin contar los diseminados en algunas partes del término municipal, como en Alojera, en La Cumbrecita, propiedad de Olivier Méndez, donde había empaquetado Fyffes, y tam­bién los empaquetados de otros cosecheros en diversos puntos del lugar.

En Valle Gran Rey los talleres se concentraban en las cercanías del muelle de Vueltas. En cambio, en Playa de Santiago-Alajeró, estaban más dispersos. Los mejor equipados per­tenecían uno a la empresa española Álvaro Rodríguez López situado en la lomada de Los Llanos, en Punta Blanca (franja meridional de la lomada de Tecina), y otro a la empresa extranjera Fred Olsen en el barranco de Tapahuga.

Los pequeños propietarios de La Laguna de Santiago empaquetaban individualmente en sus talleres más modestos, debido a sus menores posibilidades económicas y menor volu­men de producción.

La empresa noruega poseía también el taller de La Roseta-Alajeró, que primero fue propiedad de Álvaro Rodrigue/ López (hoy rehabilitado para fines culturales), donde se empaquetaba la producción tomatera del lugar llamado Mozambique, El Revolcadero, Juan Barba, Punta Verde, Las Lajitas. Los Guros, Teberbite, etc. Más al sur, sobre el desembarca­dero conocido por Eresito, se hallaba el taller donde se empaquetaba la producción de Los Almácigos, propiedad de Ciro Fragoso, y los de La Dama, lugar donde también empaquetó la compañía Fyffes.

En San Sebastián podemos destacar los empaquetados de plátanos de Filiberto Darias Jerez (luego Herederos de la Vda. de Darías) y el taller de Manuel Jerez, emplazado en las inmediaciones de la antigua recova, entre otros; y los talleres de empaquetado de tomates, más numerosos, entre los que se encontraban los llamados talleres «negros» de la compañía Fyffes, en la orilla (Llano de la Villa), y los de los propietarios citados Antonio Evaristo Padilla, los Casanova, Yanuario Moreno, Álvaro González, Filiberto Darias Jerez (Herederos de la Vda. de Darías), etc., en el casco y en la periferia. Este último propietario, además del taller de la plaza de la Constitución, poseía un empaquetado en su Finca de El Cabrito (en el mismo municipio).

Gloria Díaz Padilla. Los Pescantes de la Gomera. Testimonios de la arqueología industrial de Canarias. 2008