Percepciones IV de Juan de Portoplano

Aquella tarde frente y dentro del libro, el de Portoplano intentaba comprender el mundo, tanto el interior como exterior. Ese había sido su oficio intentar rebuscar para comprender, que el pensar y el lenguaje y la realidad armonizasen. Pero no había avanzado demasiado…

– Quizás, un laico o seglar, casado o no, no tiene que someterse a la ascesis de los eremitas en el desierto del Antiguo Egipto, o en las formas de siglos posteriores, sino de “alguna manera ofrecer el sacrificio, del propio trabajo y de la familia”, no solo realizarlo por si mismo y en si mismo, sino también ofrecerlo al Buen Dios, como sacrificio. No solo, ese sufrimiento y dolor, realizarlo, por el trabajo rutinario y diario, sino también por Dios, sin negar por ello, perfeccionar todo a nivel profesional y moral y familiar. Igual que una enfermedad, hay que sobrellevarla, pero también intentar curarse. Así en todo.

– Demasiadas personas proyectan en otros, sus errores, sean de un tipo o de otro, o de los cercanos. Pueden achacar a otra persona de tal defecto equis, y cuándo están diciendo, es que ella tiene ese error o defecto, o lo tiene alguien de su entorno, o lo ha estado sufriendo por alguien de sus predecesores. Pero para superarlos o sobrellevarlos, se lo proyectan en otros, o quizás perciben ese pequeño defecto, en otro, o una pequeña mota de ese defecto en otro, y así, lo proyecten en otro…

– Sin ser uno perfecto, uno se asombra del nivel moral y ético tan pequeño que tantas personas tiene. Se habla mucho de pobreza económica, también de pobreza cultural, y de otras pobrezas, pero pocas veces, de la pobreza moral y ética, y tampoco se habla de pobreza espiritual. Y estas dos tipos de pobreza, pienso que es la base del resto de las pobrezas, o al menos, se mezcla con ellas, demasiadas veces.

– En los artículos que publicó en medios digitales, apenas nadie comenta, casi nunca, alguno de los artículos. Puede que los temas a casi nadie interesen, que no merecen, ningún tipo de añadidos y perfeccionamiento por parte de otras mentes-conciencias. Pero debo indicar, que al menos, siempre buscar el mayor grado de veracidad-verdad-bondad-bien-belleza-racionalidad-prudencia.

Buscan construir, no destruir, no construir destruyendo, no destruyendo para construir. Sino intenta, reflejar estados posibles de lo real, que esperan sean perfeccionados por otros seres humanos, por otras generaciones. Te encuentras, en esos otros medios, otros artículos que sus firmas y escribientes, reciben, en cada uno de los que publican diez o treinta comentarios. Y tú, tú te dices, sin envidias, sin criticar a nadie, pero acaso no estás tu ofreciendo trozos de la realidad, interior y exterior, individual y colectivo.

– En casi todos los temas morales y humanísticos un concepto se expresa con muchas palabras y términos y vocablos, que existen diferencias o matices entre ellos.

Pero me pregunto, si todas esas palabras, las reducimos a una, a un concepto. Sería más fácil después la demostración de esa entidad conceptual.

Me pregunto podríamos comprobarla de alguna manera o forma, aplicando algunas concepciones de ciencia social, algunos datos…

Incluso algunas inducciones empíricas o comprobaciones de estadística social. Acaso la ebriedad, como cuestión moral, no solo psicológica, no se puede comprobar algunas causas y consecuencias a y en muchos terrenos, que son nefastas.

– Si cada persona, al realizar un acto, sea de palabra o de acción o de deseo o…, pensase que va a ser juzgado en el Tribunal de Dios, sea bueno o sea malo, quizás, seríamos más prudentes a la hora de realizar dichos actos.

Pero el problema del agnosticismo y del ateísmo, es que si anulas o niegas o dudas de Dios, niegas sin darte cuenta o dándote de una moral mínima universal, de unos mandatos morales, que un día serás juzgado, niegas también o dudas gravemente de la posibilidad de eternidad, y desde el monoteísmo occidental, niegas de que exista la eternidad buena y la eternidad mala, para cada individuo…

Es fácil, de entenderlo, si alguien “crea una grave calumnia a una persona”, que tendrá para ella, graves sufrimientos y penas y consecuencias, durante años o durante toda su vida, si alguien es ateo o agnóstico, no cree que será juzgado de ello, posiblemente no lo será en este mundo, ni tampoco en el Otro, porque cree que no existe. Por tanto, seguirá normas morales o no, según le convenga, o, desde luego, no pensará será juzgado en y para la eternidad, a lo sumo seguirá su moral, que puede se la salte en ese tema o en esa ocasión, o seguirá en parte las normas sociales o jurídicas, según le convengan, y según el premio o castigo…

– ¿En el silencio de la voz está la voz del silencio?

– ¿Si no existe Juicio Particular y eternidad y Dios, nunca se sabrá y conocerá de verdad el corazón de los hombres, ni uno de si mismo, ni uno de los demás?

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