Proverbios XXIV de Juan de Portoplano

Aquella mañana Juan de Portoplano, miraba la hoja de bits, y pensaba y repensaba, que debería inscribir en ella, que fuese verdad y bondad. Se cuestionaba, después de décadas de rellenar hojas, con palabras y frases e ideas, y papeles con imágenes llenos de ideas y colores. Si había servido para algo, si había pensado y sentido en algo. Si había descubierto alto, que sirviera para sosegar un poco algún corazón humano. Si algo o mucho quedaría de ese afán a los humanos o humanes, fuesen como fuesen, de dentro de diez o veinte o cinco generaciones, que posiblemente, ya habitarían también algo del resto del sistema solar.

– Durante la vida has estado regalando frases e ideas, a otros, hipotéticos lectores y lectoras, que podrían consumirlas, sin pagar nada. Otros, por sus frases e ideas especializadas te cobran, como es lógico, un pequeño salario, se llama una minuta, por la consulta jurídica o médica o psicológica o del tipo que sea…

– Cuando llega una grave crisis social o económica o biológica o política siempre te atrapa, sea directa o indirectamente, siempre tiene consecuencias negativas para todos, cierto que para unos más que otros, en unas realidades o en otras.

– Demasiadas personas individuales, instituciones, colectivos o conjunto de individuos, ideologías valoran y evalúan sus conceptos y sus conductas a la luz de los Derechos Humanos mínimos, o de los Derechos Humanos de 1948, ni de los principios o conceptos de una ética o moral mínima natural y universal, menos aún a la luz del Decálogo de Moisés…

Y, de éste modo, el ser humano se pierde y se autodestruye y destruye y deteriora lo de alrededor, no en todos los actos, sino en los principios que ni siquiera se autoevalúa si son necesarios y reales y naturales y mínimos.

– Muchos criticamos la conducta de los otros, o de algún otro, pero nosotros no seríamos capaces de soportar el sufrimiento que ese otro lleva sobre sus espaldas. Ni siquiera soportaríamos lo qué habríamos hecho nosotros en su situación…

– Hoy, una gran parte de la sociedad, ha perdido una mínima moral universal, tanto a nivel teórico, más a nivel práctico, se rigen por su pensamiento, muchas veces erróneo, y, sobre la ley jurídica, que en parte se fundamenta en una moral correcta y equilibrada, pero la ley jurídica, incluso la costumbre social, incluso la buena, muchas personas se la saltan o no las saltamos cuándo nos conviene, por un bien secundario o terciario nos saltamos un bien primario…

– Usted me incluye en una líneas o banda ideológica, peor dígame usted, alguien que cree en los Derechos Humanos, como principio básico que sustenta el orden social y político, incluso la moral colectiva e individual, de qué color ideológico pertenece. No puede ser, que en algunos artículos o derechos, sea de un color y en otros, sea de otro, e intente compatibilizarlos ambos.

– Cuántos huérfanos se estarán quedando con esta pandemia, cuántos padres sin hijos, oh Dios, ten misericordia y piedad de nosotros, la mayoría grandes pecadores, dadnos la inteligencia de aprender una mínima ética y moral, para que así, no caigamos en errores morales graves, a nivel individual o colectivo o social o estatal o cultural o ideológico…

– Intenta ser feliz, o al menos alegre o contento, cuándo no tengas grandes problemas y contrariedades, porque llegará el día, que te vendrán graves sufrimientos. Y, cuándo vengan estos, tendrás que soportarlos al menos con la sonrisa, y con la racionalidad práctica correcta, intentando superarlos, pero también soportarlos hasta que se curen. Y, entonces, quizás te acuerdas cuándo podrías haber sido más feliz, pero te empeñaste en caer en errores sin sentido, sean errores de un tipo o sea de otro…

– Cuánto ganaría la sociedad, cuánto habría avanzado, si los que en sus funciones entra una dimensión de ejemplaridad moral, fuesen más morales y más correctamente morales, en todo, y no fuesen o fuésemos tan mediocres, sean estas figuras personas de la política, de la religión, de la enseñanza, de la cultura, etc.

– Es absolutamente necesario encontrar un método o métodos por el cual o por los cuales, las cuestiones que todavía la ciencia no aborda, sean tratadas por las ciencias, y mientras tanto, una metodología que en humanidades y moralidad y filosofía, al menos, en todas las cuestiones posibles, una metodología más racional y demostrable. Que no se conviertan esas cuestiones en un parlamento de cigarras. Y, al final, las grandes cuestiones prácticas, de todo tipo tienen su fundamento en estas cuestiones humanísticas y filosóficas, o al menos, uno de sus pilares…

– Hay personas que brillan mucho, aunque nadie quiera ver su luz.

– Nadie quién lea este artículo, ni los que firma este modesto escribiente y pensante y observante, debe rechazar absolutamente ninguna idea, ni tampoco aceptar totalmente. Sino que su obligación es repensar. Se escriben estos artículos para incentivar a otras personas que piensen. Es decir, añadan datos y comentarios a las ideas que se exponen. Que se perfeccionen. Hoy, Internet y los periódicos digitales, por lo general, abajo exponen una pestaña de la posibilidad de y para comentarios.

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