Cuestiones sobre el trabajo, VI

El trabajo es esencial, el trabajo humano, pero cada época tiene sus adaptaciones, no solo conversiones a nuevos trabajos, olvidos de antiguos, sino la concepción misma del trabajo va evolucionando. Como principio, toda persona tiene derecho y deber a trabajar. También, el deber, en un trabajo legal y moral. Existen demasiados individuos, que habría que fijar la proporción que han entrado en una anomia laboral, antes dirían, en una pereza laboral. Con consecuencias muy negativas para la sociedad…

– Si una persona trabaja, por lo general, recibe un salario, en mayor o menor grado, y, por lo general, puede vivir y sobrevivir, él o ella y su familia.

No digan que esto no es real. Pero partamos del principio anterior. La cuestión es cómo ofrecer y que puedan trabajar dos mil millones de personas, para que de ese modo puedan vivir dignamente, ellas y sus familias.

¿Cómo producir dos mil millones de puestos de trabajo, que produzcan dos mil millones de sueldos, o tres mil millones o cuatro mil millones, los que se necesiten, para personas adultas y sanas…?

¿Qué tendríamos que producir y cómo producirlo? ¿Cuántas horas de trabajo cada individuo de media, cómo influyen la maquinaria, qué tipos de trabajo o clases de trabajo, qué sistemas económicos, nos sirven los actuales o hay que buscar o teorizar otros, quizás evolucionando del presente, qué lugar ocuparán las máquinas de I.A., o Inteligencia Artificial, en esta cuestión del trabajo…?

¿Dirán algunos que este problema es irresoluble, junto con algunas enfermedades, las guerras, las epidemias, el hambre, etc., pero si el ser humano se plantea cualquier cuestión, puede poco a poco ir creando nuevas ideas, nuevos modelos, recogiendo nuevos datos, haciendo pequeños experimentos y, todo ello, puede llevar a nuevas teorías, etc.?

– Toda persona tiene el derecho al trabajo, para vivir y existir, pero también, toda persona sana y adulta, tiene el deber de trabajar. La pereza, quizás, sea una de las causas de muchos males en el individuo. Un trabajo que sea legal y, sea legal y moral…

Unos, piensan que los errores morales graves, lo que durante siglos, se denominaban siete pecados capitales, son una fuente económica y de producción, pero pienso, que es al revés, es un elemento de retraso y de disminución de la economía. Si, las personas no cayésemos en uno o en varios de los siete errores morales graves, no habría tantos sufrimientos, y por tanto, tantos problemas en la vida, tantas angustias y tantas penas, que además de tener muchos costes psicológicos y morales y enfermedades, tiene muchos problemas, también en la economía…

– Toda persona adulta y con salud, debe obligarse a trabajar, porque el trabajo, si es digno y legal y moral, es una realidad que perfecciona a la persona, sirve para ese individuo y su familia, sirve para la sociedad y para la humanidad. Es una manera, de que las personas estén ocupadas y bien ocupadas, en realidades laborales que son un bien para los demás. Cada uno, en su responsabilidad, sin negar por ello, que cada persona o individuo pueda intentar prosperar…

– Que los humanos, cada uno, intente o intentemos no caer en problemas o errores morales, teóricos y prácticos, es un elemento esencial, que tiene que ver mucho con el trabajo. Cuántas personas trabajando lo suficiente y obteniendo plusvalías económicas suficientes, por caer uno de los miembros de la familia en un error moral grave, hace que ese individuo o esa familia se sitúe en posiciones económicas y vivenciales y existenciales límites, o al borde del abismo, o casi en el abismo…

Poner ejemplos es innecesario si usted mira a la sociedad y al resto de individuos, cuántas personas podrían vivir mejor, ellos y sus familias, si uno de sus miembros no hubiese caído en una enfermedad o patología moral o ético.

– Pienso, que en el sistema del estado del bienestar, cuando una pesona ha llegado a su justa jubilación, con una remuneración económica digna, esa persona, si está bien de salud y según sus condiciones debe colaborar a realizar actos y actividades útiles para la sociedad y su familia. Actividades que son necesarias, para el progreso humano y social. Obvio y evidentemente, ya no en el esfuerzo laboral que haya tenido durante años, y del que ha recibido un estipendio, pero si en actividades sociales o filantrópicas, en ayudar a sus hijos con sus nietos, en su vocación quizás que haya tenido durante toda la vida, y no haya encontrado escucha suficiente por la sociedad, etc. Cierto es, que todo bajo el patrocinio de la legalidad y la moralidad.

También, una persona ya jubilada, aunque lleve una vida normal, digna y honesta, cumpliendo con sus deberes, no debe olvidar al Buen Dios. Exista Dios o no exista, si existe, tendrá que enfrentarse al Tribunal de Dios, que es en última instancia, su propia conciencia ya sin engañarse y sin mentirse, y si no existe, no pierde nada, si lleva una vida mas moral y más ética, más esperanzadora en el Buen Dios.

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