El campo de la isla de La Gomera en el siglo XIX

«Por un calculo aproximativo se cogen en esta Isla de 2.500 a 3.000 fanegas de trigo, otro tanto de cebada, 1.500 «de maíz», 150 de judías y 4.500 costales de papas, 150 de judías y 4.500 costales de papas que hacen de  26 a 30.000 arrobas castellanas esto contando con los tres frutos que da la tierra en el año de este ultimo articulo.

Hasta el año de 51 y aun 52 se cogían en la Isla sobre 2.000 pi­pas de vino bueno y por haberse perdido las viñas no he tenido el gusto de disfrutar del tragin que tanto se pondera en la temporada de esta recolección, pero es de inferir el gran movimiento que había si atendemos a que por la aspereza del terreno, había que conducir la uva a hombros de estos naturales a los muchos lagares que existen en el campo en todas direcciones y de allí el vino en pellejos [cueros] a las casas y pueblos. Vallehermoso era el preferido en este ramo, luego Agulo, después Hermigua y por ultimo el Valle de gran Rey.

Desde la perdida del viñedo ha ido todo en decadencia faltando el primer renglón al propietario y proletario verse sumamente agobiados todos, y no teniendo bastante en los demás frutos para cubrir el pago de los impuestos que la Nación, necesita sino que haciéndose notar la falta hasta para los trabajos se ven en la necesidad de emigrar cuan nunca se había visto en crecido numero para las américas familias enteras y tal es el furor que se ha notado de dos años a esta parte que para dar reconocer el poco apego que ya tienen al país y aun a sus familias, que a mas de abandonar sus cortos intere­ses lo hacen también de sus pequeños hijos, dejándolos al ampa­ro «de quien hermanamente» quiera recogerlos, no solo sucede en la clase «proletaria si que en», el pueblo medio hacen lo mismo los maridos abandonan sus mujeres e hijos y si buenamente «no logran-» el consentimiento «de aquellos, se desenfrenan en darles una vida pésima hasta lograr su intento».

Esta clase de emigración es muy antigua (aunque en corta esca­la). Algunos suelen hacer su pequeña fortuna que bienes a consumir al país por solo adquirir el nombre de indianos ¿y que sucede después? que como el país da poco de si no pueden ni saben sostener el pequeño capital, dan fin con el y vuelven a quedar como estaban antes (muchos se vuelven a sujetar de nuevo a los trabajos de la Emigración) pocos son los que han sabido sostenerse. De aquí resulta que los que se titulan ricos apenas tienen lo preciso para pa­sar el año con desahogo sin empeños, estos quizá sin llegar a una docena  el resto lo pasan medianamente «como leones».

Los trabajos de Arado se hacen con bueyes, y en muchos parajes usan de la azada ya por ser demasiado corto el terreno, ya por no po­derse mantener de pie el ganado por lo precipitado de aquel en una palabra donde «pueden sacar» un puño de tierra siembran un pu­ñado de grano».

Edición y estudio Gloria Díaz Padilla

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