La zona de El Peñón en el litoral de Hermigua ha sido parte indispensable en el desarrollo económico, agrícola, social, demográfico e industrial del municipio. A finales del siglo XIX la producción agrícola de La Gomera vuelve a cambiar, se pasa de productos no perecederos, fácilmente almacenables como la cochinilla, a otros perecederos como el plátano y el tomate.
Estos productos necesitan ser transportados de forma rápida hacia los mercados receptores en Europa, para no perder calidad ni cantidad. Por esta época, tanto Hermigua como el resto de zonas agrícolas del norte de La Gomera están comunicadas entre sí y con el exterior por caminos en terreno empinado por los que transitaban mercancías llevadas transportadas por personas y animales de carga y pequeños embarcaderos en un mar bravo por los que era inviable dar salida a toda la producción agrícola.
Así, gracias a esta necesidad de comunicaciones rápidas y la tecnología de la Revolución Industrial, en los municipios del norte de La Gomera: Hermigua, Agulo y Vallehermoso se acomete la construcción de pescantes para dar entrada y salida a mercancías y personas por mar. Estas estructuras fueron construidas utilizando piedra y mortero para los prismas, un brazo de hierro que, sustentado sobre uno o varios prismas, quedaba sobre el mar donde un barco podía fondear para ser estibado y un motor de vapor que se encargaba de dar la potencia necesaria para elevar y descender personas, mercancías y animales. También había un almacén y oficinas para gestionar el tránsito de mercancías y un transportador que llevaba mercancías desde los talleres de empaquetado hasta el almacén del pescante.
La tecnología necesaria para estas infraestructuras era bien conocida para la empresa británica Fyffes Limited, que se encontraba en Hermigua desde el principio del siglo XX para producir plátanos y tomates en un valle con unas condiciones inmejorables para la agricultura. En 1907 las familias adineradas de Hermigua y los emigrantes retornados de Cuba con mucho dinero, que también habían invertido en agricultura, constituyen la Sociedad Anónima La Unión para salvar el problema de la salida de la producción. Con un capital social de 60.000 pesetas, distribuidas en 600 acciones de 100 pesetas, se acomete en 1907 la construcción del primer pescante. Tras las obras pertinentes y la inyección de otras 50.000 sobre el presupuesto inicial se inaugura el Pescante de Hermigua.
La puesta en marcha de El Pescante impulsó el desarrollo agrícola e industrial del municipio, a la vez que estos propiciaron el crecimiento demográfico, urbanístico y económico del municipio convirtiendo a Hermigua en un lugar muy próspero. Así, tras el nuevo impulso a la economía mundial que supuso el final de la Primera Guerra Mundial, la Sociedad La Unión se plantea en los años 20 la construcción de otro pescante próximo al existente para poder operar a mayor distancia de la costa permitiendo la que estibar fuese una tarea más segura y menos dependiente del estado del mar. La obra, cinco veces mayor que la anterior, consistiría en la construcción de seis prismas y un brazo de 150 metros de largo. Comienza a ejecutarse la obra y se construyen cuatro prismas, pero en 1929 debido al cierre de mercados provocado por la crisis mundial que surgió a partir del Crac del 29 se paraliza la obra que no volvería a retomarse debido a la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial.
Además del cierre de mercados debido a la agitación económica y bélica mundial y el atraso que supuso la Guerra Civil, que propiciaron una caída de la producción agrícola y por tanto de la actividad de El Pescante, se suma la llegada de las comunicaciones por carretera. En 1949 se termina la construcción de la carretera que une San Sebastián de La Gomera y su puerto, operativo a partir de 1955, con el norte de la isla. Así, el pescante de Hermigua fue desmontado en el año 1960.