La alimentación de los gomeros
La Gomera tiene algo bueno, por lo menos allí nadie se muere de hambre. Junto a Gran Canaria, es el único sitio que se provee de sus propios productos y de todo lo que sus vecinos necesitan. El bosque alimenta a sus hijos. En ninguna parte son tan abundantes los helechos (Pteris aqmlina, L.), y en ningún lado se hace con sus raíces un pan más rico y más sabroso que aquí. El pan de raíces de helecho se puede disfrutar aquí durante todo el año debido a los «helechos”; este pan, es en esta isla mejor, más sabroso y más sano que el de la vecina de La Palma. Hay muchos gomeros, por ejemplo, que nunca han comido en sus vidas otro pan, y ellos son fuertes y saludables, y llegan a alcanzar una edad muy avanzada.
Uno puede comprender entonces que el bienestar de las familias pobres dependa de la extensión de las fincas de helecho en las zonas forestales. La hija de un campesino, que tenga tierras de helecho como dote, no permanecerá seguramente mucho tiempo soltera. Cuanto más grande sea esa propiedad, la familia será más rica. Otro de los alimentos que se consumen son los frutos silvestres de los mocanes y otro conocido bajo el nombre de “creses”, de apariencia rojiza oscura y un poco astringente al sabor, procedente de la Myrica Faya (Faya fragifera), que no sólo se comen crudos, sino que también se secan y se hace un gofio con ellos.
Aunque el mar es rico en pescado alrededor de la isla, sus habitantes todavía muestran pocas inclinaciones hacia él. Incluso San Sebastián y los pueblos importantes están muy pobremente suministrados por el lujo de la mesa que se encuentra bajo el mar de Canarias. La época en la que yo estuve allí, apenas recuerdo alguna vez conseguir pescado fresco en San Sebastián. Todos los barcos y todo el equipo de pesca, como dijimos, se encuentran a lo largo de la costa sur, concentrados en la pesca del atún. Ni un solo barco estaba pescando en aquellos momentos para satisfacer las necesidades de la ciudad, que carece incluso de un comercio para vender pescado (Pescadería).
Acerca de las «peculiaridades» de los gomeros
En el presente trabajo, hemos hecho una descripción de los bosques del archipiélago canario, describiendo la naturaleza del país y de algunos de sus productos. Sin embargo, sigue siendo demasiado incompleto si no terminamos de echar un vistazo a su pueblo, tanto más cuando por su misma naturaleza es diferente a todos los otros isleños. Su dureza y algunas de sus peculiaridades le han dado al gomero una reputación para nada envidiable. Se requiere prudencia en las declaraciones tales como las que califican a los gomeros como malos, vengativos, y perezosos. Que es algo diferente al resto de los canarios, nadie lo puede negar. Esa fuerte tendencia al bien, a partir de ese talento, ganador, que parece herencia de la raza guanche, al parecer, en esta isla se refleja en menor proporción.
Desde siglos ha sido vilipendiado y esclavizado, así que de ninguna manera se podía desarrollar un espíritu alegre en él. La naturaleza de los gomeros de hoy en día lleva las huellas inequívocas del pasado mismo. Rumores exagerados y extraños de su maldad están en circulación de boca en boca entre sus vecinos isleños.Esto se hizo evidente en Sta. Cruz de Tenerife,con un tal Nicolás, un joven que cuando era niño vivió varios años en La Gomera. Cuando supo de mi intención de ir a La Gomera,se preocupó. Me preguntó más de una vez, si yo no tenía miedo de ser tirado por la gente mala de esa isla por cualquier acantilado. En aquella isla, él había escuchado una historia de terror, una mujer en La Gomera,oyó decir el muchacho, que los familiares de esta mujer fueron asesinados, y los senos de ella habían sido cortados.
Cuando se conoce realmente a los gomeros de cerca,usted seguramente llegará a la conclusión de que casi todas las cualidades buenas y nobles que caracterizan la naturaleza del resto de los isleños generalmente se encuentran también en ellos, y que incluso el lado oscuro, que se percibe como guanche, se aprecia como algo suavizado. Sin embargo, lo siguiente es un hecho: las personas que viven en la pobreza en La Gomera son más reacios a aceptar su condición social que los de las otras islas. Así que muchos de sus miembros están dispuestos a resolver la cuestión social por el hecho de que,incluso sin posesiones, todo lo que vean, es de su propiedad. Sin embargo, afortunadamente es muy poco lo que está bajo su alcance. Un reloj de oro en Chipude no corre peligro, pero un huerto de frutales cargados de frutas o un campo de papas, no los hay en varias millas alrededor. Esta frecuencia de robos en los campos ha desanimado al agricultor rico, en detrimento de la agricultura en gran medida.
La seguridad en los caminos es la misma que la de cualquier lugar de la provincia. Si se teme por la inseguridad, no va a ocurrir nada por estar en una tierra diferente. Las familias cuyos intereses chocan entre sí, se odian aquí con gran tenacidad y amargura, no pocas veces llegan al cuchillo.Desde los arbustos de los bordes del bosque de vez en cuando se les dispara un tiro a los recaudadores de impuestos que son muy odiados. En el aislamiento y en la siniestra naturaleza de algunos gomeros se cree probable que a veces se detecte la maldad como si se tratase de la malicia de un esclavo, pero es un error verlo así, ya que se disipará la próxima vez que escuche su risa y se sienta su alegría
Aquí, también, la hospitalidad es una virtud insular. Sin embargo,la gente no entiende el halago hacia otra persona. Orgulloso y terco,como esclavo emancipado,hay un rechazo por el civismo Se parecen mucho a los habitantes de Cabo Verde. Mientras en Tenerife y en el resto de las Islas Canarias se consiguen constantemente chicos jóvenes para ser utilizados como sirvientes,aquí no es fácil. Por otro lado, notamos un gusto decidido por vagabundear en los bosques en busca de bayas y de raíces de helecho para alimentarse, incluso un cierto grado de aversión al trabajo, instinto de los semisalvajes; la explicación y la disculpa al mismo tiempo,es el patético salario mínimo diario que reciben, así como la gran facilidad para ganarse la vida de una forma ponderada.
Los gomeros son una raza vigorosa de hombres, más morenos que la mayoría de habitantes de Tenerife, y casi no hay elementos rubios de mestizaje. Esos rostros pintorescos que se encuentran en La Palma y Tenerife, apenas aparecen entre los gomeros. No existen unos trajes verdaderamente insulares, visten de la forma más simple: los hombres con camisa,chaqueta y pantalón, este último puede cubrir solamente hasta las rodillas. Sus casas son verdaderas chozas miserables. Las casas están rodeadas por algunas higueras, un pedazo de tierra plantada de papas y unas cuantas cabras o cochinos; a menudo son éstas las únicas posesiones de una familia.
Se parecen mucho a los irlandeses por su autosuficiencia. En las montañas del interior, por ejemplo, en Los Pomarcitos o huertos de manzaneros, sobre Hermigua, uno encuentra cabañas con muros trenzados que están cubiertos con paja de centeno, también hacia el exterior, para protegerse del frío. Se llaman cabañas (chozas), nombre apropiado por su forma de construcción.
Lo que a la clase adinerada se refiere, los “caballeros”,éstos se parecen bastante a los demás de las otras islas, pero se echa en falta en ellos algo más de cortesía y civismo a los que uno se acostumbra en este archipiélago. Heoído escuchar sus quejas sobre el aislamiento que sufren durante los meses relativamente desapacibles y lluviosos de invierno, cuando los barrancos crecidos impiden la comunicación con el exterior.
La participación en el mundo intelectual está poco presente.Me parece significativo que no figurase el nombre de La Gomera en la lista de subscripciones para imprimir libros de literatura isleña. El único libro legible que pude encontrar en San Sebastián fue La Araucana de Ercilla.
Carl Bolle, Diario de Geografía General. 1862