En esta ocasión se traslada a la isla de La Gomera para hablar con el folclorista Ramón Correa Magdalena, con quien hacemos un repaso de la cultura y las tradiciones de la isla, especialmente del municipio de Agulo.
Empezamos hablando de los orígenes de Agulo, derivado del nombre aborigen awalo, cuyo significado sería -al parecer- «lugar cortado». Así, en ese recorrido histórico Ramón nos habla de la Carta de Fundación de 1600 en la que un grupo de habitantes de Buenavista del Norte (Tenerife) funda Agulo, de ahí su vínculo con el Norte de Tenerife, en concreto con Icod de los Vinos, municipio que también celebra la festividad de San Marcos Evangelista. Hablamos del vínculo de las libreas de Icod y Buenavista del Norte con algunas celebraciones de Agulo.
La historia de Agulo está muy ligada al Pescante, comunicados por un teleférico. El pescante -en realidad los pescantes gomeros– fue la fórmula de comunicación más importante de Agulo con el exterior para exportar, más que para importar.
Ramón es el autor de un conocido pie romance que dice algo así como Traemos de La Gomera, los tesoros que ella encierra, lo que nos dio pie -nunca mejor dicho- a disfrutar con el entrevistado de los secretos que encierra Agulo o la propia Gomera. La configuración del municipio en las formas de sus tres barrios principales, su patrimonio rural, natural o paisajístico le hacen merecedor de la denominación popular de el bombón de La Gomera.
Hablamos de uno de los tesoros gomeros, referente en las medianías de Agulo: el silbo gomero. Lenguaje silbado en el que el propio Ramón, como gomero, filólogo… ha tenido gran protagonismo. Una vez introducido en los colegios e institutos, el gran reto es ahora sacarlo de las aulas y llevarlo al lugar de origen; si no como necesidad vital, sí con la razón de mantenerlo vivo. Es en la Montaña de Igualero, en el municipio protagonista, donde podemos ver el Monumento al Silbo.
En nuestros pueblos siempre ha habido mucha gente anónima que ha realizado una labor sacrificada y otros que han destacado por sus obras, y en tal sentido Ramón Correa nos habla del pintor D. José Aguiar, de Don Leoncio Bento, de la poetisa Cesarina Bento o el guitarrista Pedro Bethancourt, afincado en Cuba, además de poeta cuyo libro El salterio tiene ilustraciones del nombrado pintor José Aguiar.
La gastronomía de Agulo resulta eminentemente curiosa. Nos contó la anécdota de D. Leoncio Bento, que mandó a una mujer del pueblo a Tenerife para que aprendiera otras recetas, además del sancocho, y trajo a Agulo unas magníficas recetas que ilustran las cocinas del municipio con extraordinarios olores y sabores con denominación propia: postres a la vilana, platos con flor de bubango o flores locas… además de los característicos productos de la zona: el ñame, almagrote, miel de palma, guarapo…
En el patrimonio tradicional de Agulo destacan las Hogueras de San Marcos en la celebración de las fiestas en honor al Santo Evangelista. Ramón nos explicó el porqué de las hogueras con madera de sabina en honor a San Marcos, a diferencia de la mayoría de otras celebraciones con fuego que está vinculado a San Juan y al solsticio de verano.
Otro de los aspectos más importantes del folclore de La Gomera es el grupo Coros y Danzas de Hermigua y Agulo, el más antiguo de La Gomera. Hablamos de la huella que dejó su escuela. Ramón Correa, miembro del grupo, nos transmitió la importancia de Lilí Ascanio, referencia del folclore gomero, preocupada en mantener lo poco que quedaba del folclore de la isla y llevarlo al exterior. También siguió hablando del folclore vivo de La Gomera, que no se representa, y que invita a participar con orden y respeto de sus fiestas y, sobre todo, de sus procesiones. También hablamos de sus estudios e investigaciones etnográficas sobre el origen de la chácara y el tambor en La Gomera.
Por último, Ramón Correa hizo un repaso por otras manifestaciones festivas como las próximas de San Juan, con los enrames de fuentes y tallas, o su curiosa romería donde un barrio le ofrece su comida al otro. También hablamos de las Fiestas de San Isidro o de los famosos Piques de Agulo, tradición lamentablemente desaparecida.
En resumen, un invitado extraordinario que ha sabido invitarnos a su pueblo y picarnos la curiosidad de visitarlo con una nueva visión.
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