El Gobierno ha aprobado este martes un subsidio extraordinario para las personas paradas que agotaron su prestación entre mediados de marzo y el 30 de junio. El Ministerio de Trabajo ha conseguido sacar adelante la prometida ayuda en el Consejo de Ministros, pese a las reticencias de parte del Ejecutivo, aunque ha resultado mucho más limitada en el número de posibles beneficiarios respecto a los planes iniciales. La prestación acumulaba un importante retraso, desde que casi se diera por hecha en verano en el Ministerio que dirige Yolanda Díaz tras negociar con los agentes sociales. CCOO y UGT, que en estos meses han señalado en el pasado a Hacienda como responsable de frenar la ayuda, critican que el subsidio «llega tarde y mal», puesto que es más limitada que la que negociaron con Trabajo en el mes de julio.
El subsidio extraordinario para desempleados se recoge en un real decreto de medidas sociales complementarias para la protección por desempleo y de apoyo al sector cultural. La ayuda era muy esperada dada la situación de desamparo en la que se encuentran muchas personas desempleadas que no han podido encontrar un empleo en estos meses de pandemia y han ido agotando sus subsidios y prestaciones. Entre otras cosas, estos ciudadanos no podían solicitar el Ingreso Mínimo Vital por haber recibido otro tipo de ayuda durante el año vigente.
Dentro del Ejecutivo había distintas posturas sobre la cobertura de la ayuda, que finalmente recoge varios aspectos de la propuesta que se planteó en verano en la mesa de diálogo social, aunque no todos. La prestación extraordinaria será de tres meses, podrán acceder a ella las personas que estuvieran en situación de desempleo y agotaran sus ayudas entre el 14 de marzo hasta el 30 de junio –aunque Trabajo ha intentado que se alargara unos meses más–. Los beneficiarios no pueden tener «acceso a otras ayudas ni posibilidad de incorporarse al mercado laboral», descata el Ministerio en una nota. «También podrán acceder al subsidio las personas que estén cumpliendo el mes de espera para acceder al subsidio de agotamiento de la prestación contributiva».
El importe del subsidio será del 80% del IPREM, es decir, unos 430 euros mensuales. La prestación «no será compatible con la percepción de la renta mínima, la renta de inclusión, salario social o ayudas análogas de cualquier administración pública», detalla el Ministerio.
La ayuda aprobada este martes reduce casi a la mitad el número de beneficiarios esperado del subsidio, hasta unos 250.000 parados, respecto a más de medio millón (550.000) que Trabajo calculaba que podrían percibir la prestación si se cubría el periodo hasta el 30 de septiembre, como se habló con los sindicatos en verano.
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha celebrado tras el Consejo de Ministros que el subsidio extraordinario «cierra» y «completa» la «red de seguridad» creada para proteger a los trabajadores del impacto de la pandemia. «Faltaba por cubrir un colectivo de trabajadores en el ámbito de la cultura y aquellos trabajadores que hubieran agotado su prestación de desempleo durante el Estado de alarma e hibernación de la economía», ha destacado a la prensa antes de participar en una videoconferencia del Eurogrupo, recoge Europa Press.
Los sindicatos: «Llega tarde y mal»
CCOO y UGT consideran que el subsidio aprobado por el Ejecutivo incumple lo discutido en la mesa del diálogo social y que llega «tarde y mal». «Ahora se va a poner en funcionamiento con retraso y con menor alcance del acordado», recoge una nota conjunta de ambas organizaciones, en las que emplazan al Gobierno a revisar el sistema de protección por desempleo para «eliminar los vacíos de cobertura existentes».
Las centrales sindicales querían un subsidio extroardinario más amplia, que se dirigiera a las personas desempleadas que hubieran perdido su derecho a prestaciones desde el estado de alarma hasta la actualidad, en línea con la protección de los ERTE que se sigue manteniendo por la situación excepcional que ha ocasionado la pandemia. Aunque consideraban limitada la ayuda negociada en verano con el Gobierno, su retraso ha dado muestras de las dificultades para que el subsidio fuera aprobado, por lo que CCOO y UGT urgieron hace unas semanas para que al menos se aprobase esta prestación cuanto antes. La lógica: mejor algo que nada. Y, una vez aprobado el subsidio extraordinario, luchar en la mesa de negociación para que se prorrogue, como ha ocurrido con otras ayudas. Ahora, la ayuda que ha salido del Consejo del Ministros es aún más limitada que la planteada en julio.
En CCOO y UGT destacan la importancia de la protección social desplegada para los trabajadores afectados por ERTE debido a la COVID-19, pero también subrayan que es necesario abarcar a las personas ya desempleadas o que se han quedado en paro en estos meses y han agotado sus ayudas sin opción a encontrar un nuevo empleo.
Los trabajadores en ERTE por la pandemia, por ejemplo, tienen derecho al cobro de la prestación de desempleo aunque no tuvieran el mínimo cotizado para ello y se han beneficiado del llamado ‘contador a cero’ en la prestación, de manera que no consumen su derecho a paro futuro por estos meses de cobertura. La ayuda aprobada para las personas desempleadas no alcanza este nivel de protección, sino que al menos garantiza unos meses de subsidio al colectivo, que se ha quedado sin ingresos.