La Audiencia Provincial de Madrid acaba de obligar al juzgado de instrucción 49 a que proceda a investigar la querella interpuesta por el inspector Rubén López —encargado de la investigación del caso del pequeño Nicolás junto con el comisario Marcelino Martín Blas— y en la que se solicitan diligencias contra toda la cúpula policial del PP, tanto la que estuvo bajo las órdenes del ex ministro Jorge Fernández Díaz como la que le sucedió y encabezó Juan Ignacio Zoido.

Dos ex directores adjuntos operativos (DAO) de la Policía, Eugenio Pino y Florentino Villabona, tendrán que rendir cuentas por organización criminal, acosar a los investigadores y echar abajo todas las investigaciones que conducían a los negocios ilícitos de Villarejo y que ahora se investigan en la Audiencia Nacional bajo el paraguas de la causa Tándem. 

Si Pino y José Manuel Villarejo, así como su mano derecha, que aún sigue en el ministerio del Interior, José Ángel Fuentes Gago, se reunieron a espaldas de su jefe en 2015 para que eliminara cualquier rastro de Villarejo en la declaración y papeles incautados en el registro de Francisco Nicolás López Iglesias, lo que vino después no fue más leve.

El juez Arturo Zamarriego irá a declarar que hasta en tres ocasiones el actual jefe de la Unidad de Asuntos Internos, Francisco Migueláñez, así como Gago —que era jefe de gabinete de Pino— fue a verle para que apartara de la investigación al comisario Martín Blas y a López. Esto llevó a que el juez creara una comisión judicial en la que obligaba a no dar ninguna información sobre la causa a Interior.

Tras hostigar al juez y a los testigos, en este caso a la periodista de Público que tendrá que declarar en algunas de las piezas del caso Nicolay, y cambiar al magistrado que lleva la causa y a la cúpula policial, las amenazas al grupo de inspector Rubén López no cesaron. 

La época de Zoido

El nuevo DAO Florentino Villabona encargó a la Unidad Adscrita de Policía Judicial de los juzgados de Plaza de Castilla, que dirigía el polémico y ascendido a comisario Pedro Agudo, que investigara a la comisión judicial del caso Nicolás. De esta manera, todos los agentes que trabajaban a las órdenes del inspector Rubén López fueron degradados y enviados a destinos muy inferiores a los que habían desempeñado hasta ese momento y que no tenían que ver con Policía Judicial, como por ejemplo vigilar calabozos y a la sección de DNI.

Desde el principio, el comisario Villarejo no solo tuvo ayuda de la cúpula policial, sino de periodistas de muy diferentes medios de comunicación que también están incluidos en la querella del inspector Rubén López y que la Audiencia piden que sean investigados.