El 16 de julio de 1909, aparece en el diario La Opinión una noticia que suscitó nuestro interés. Se trata de un premio que se le concedió a D. Enrique Bayoll Andreu, ingeniero, por el pescante de Agulo. Hoy, más de cien años después, merece rescatarse esta noticia donde se encumbra la extraordinaria obra de ingeniería que fue este pescante para el progreso del municipio y la comarca norte de la isla de La Gomera
La Exposición Agrícola celebrada en esa Capital en Mayo último dio con justicia sobrada, como todos los que otorgó, un primer premio á D. Enrique Bayoll Andreu por el aparato de su invención para el embarque de frutos en el pueblo de Agulo de esta isla. Como dejo dicho, todos los premios concedidos en este notable concurso fueron adjudicados con entera justicia é imparcialidad; todos plenamente merecidos por los agraciados; pero entre el que más. el que mereció el Sr. Bayol por su obra. Este modesto artista en su profesión tiene demostrados sus conocimientos grandes, sus méritos indiscutibles y sus maestrías en el arte á que se dedica.
El Maestro Bayoll es un completo artista de ingenio y talento en la carpintería con ventajosas luces de arquitectura y mecánico. No es un amañado sin conocimientos, es un estudioso artesano con mucho amor á su noble profesión á la que para desempeñarla y aprenderla ha dedicado muchos años de estudios y práctica encomiables.
Su pescante de madera, obra exclusivamente suya que hoy tiene Agulo y que le ha sido premiada, dadas las condiciones de su inventor y constructor, sin mayores y perfectos estudios técnicos de ingeniería, es magnífica; pero aún lo son mucho mejores y más perfectas las obras de esta misma clase por el sólo proyectadas y construidas llevadas á feliz término en Vallehermoso; obras que han merecido calurosos elogios de los inteligentes y que con relativa economía han resuelto un problema para la exportación de frutos en los litorales de la Gomera.
Y el Sr. Bayoll, al mérito de su inteligencia y conocimientos suma otro gran mérito, anexo casi siempre al talento: la modestia. Jamás ha hecho ostentación de sus prácticas aprendidas, ni se cree digno de ningún elogio, razón de más para que yo, no conociéndolo más que por sus celebradas obras y excelentes noticias de su valer, le dedique estas cuartillas el volar de la pluma, tan sinceras como merecidas por parle de él. Llegue, pues, hasta el justamente premiado artesano la entusiasta enhorabuena franca, franca y sencilla del que con júbilo, sentido como cosa propia, ha visto la distinción de que ha sido objeto por parte de una imparcial y justiciera agrupación que ha dejado en honroso puesto é la provincia, sus productos y sus hijos laboriosos y progresistas.