Cuenta la memoria popular que en el conocido barrio de Lepe en Agulo, (La Gomera) existió una casa en la que nunca ninguno de sus moradores pudieron habitar en ella más allá de unos meses y en la que, llegada la noche, los lamentos, quejidos y chirriar de cadenas inundaban el inmueble.
Al parecer, el origen de que “La casa del Miedo”, como se le conocería posteriormente, podría obedecer a que sobre la tumba subrepticia de un “prendista” o vendedor ambulante de joyas que supuestamente le fue dada muerte y sepultado en el lugar, a posteriori fuese erigida la “casa maldita”; profanando e interrumpiendo así, el descanso eterno del desafortunado ser.
Desde su terminación, las estancias de la casa del “Miedo” comenzaron a llenarse, con la caída del Sol, de ruidos extraños, voces de lamentos y quejidos acompañados de chirriar de cadenas, impidiendo de esta manera que sus moradores lograsen poder conciliar el sueño. Y así, noche tras noche, el “alma en pena” del joyero regresaba al mundo de los vivos para recordar que durante la eternidad nadie descansaría sobre el lugar en el que le fue arrebatada su vida.
Nos cuenta don Rosendo Fragoso, oriundo de la localidad y en la que pasó la mayor parte de su infancia que, allá por los años cincuenta y siendo él un niño todavía, ya existía esa leyenda popular que hablaba de una casa ubicada en el barrio de «Lepe», la cual no albergaba moradores porque los anteriores afirmaron que la vivienda estaba “embrujada”.
Cuenta que incluso la curiosidad de algunos habitantes del pueblo fue tanta que, henchidos de ella eran capaces de vencer a ese miedo a lo “desconocido” que por aquel entonces era muy fuerte y bajaban al barrio todas las noches para escuchar los lamentos del “prendista”.
Aún recuerdo, refiere, como si fuera hoy que cuando iba por aquel barrio de Lepe, cuando era Monaguillo, repartíamos agua bendita en cada cuarto de las viviendas del lugar para bendecir las casas y quien sabe, si con ello, procurar que el alma del Joyero, pudiese descansar pese al habérsele profanado su eterna morada.
Hoy, la supuesta casa maldita y que se encontraba al parecer cercana a la pequeña plaza del barrio, ha sido demolida y convertida nuevamente a “solar”; un lugar en el que al parecer se supone descansa el alma del “prendista”.
Esto es, al menos, lo que me contaron sobre «El Miedo de Lepe». Ya si es Leyenda o verdad, no lo puedo confirmar, dice Rosendo Fragoso.
Historia publicada por gomeraactualidad.com